El PSOE denuncia que en el año 2025 con el PP en el Gobierno la corrupción se ha colado en el Ayuntamiento

El año 2025 pasará a la historia reciente de Segovia como uno de los ejercicios municipales más decepcionantes, estériles y dañinos para la ciudad. Tras más de veinte años en la oposición, cuando el PP ha tenido la oportunidad de gestionar la institución municipal, “no ha traído ni eficacia ni solvencia, sino escándalos, desorden, mala gestión y un deterioro progresivo de los servicios públicos y de la credibilidad institucional”.

Así lo ha señalado la portavoz municipal del PSOE, Clara Martín, acompañada por los concejales del grupo municipal del PSOE, en un desayuno informativo con medios de comunicación locales en el que los socialistas han hecho balance de la gestión del último año del Gobierno del PP de José Mazarías y del trabajo de oposición ejercicio por el grupo socialista.

El caso Rosalía Serrano ha sido, sin ningún género de dudas, la noticia política del año en Segovia. La dimisión de la primera teniente de alcalde, mano derecha de José Mazarías, portavoz del Gobierno municipal y responsable de áreas tan sensibles como Hacienda, Contratación y Fondos Europeos, por un caso de corrupción destapado gracias al trabajo de fiscalización del grupo municipal del PSOE, marca un antes y un después en este mandato. No se trata de un episodio menor ni de una irregularidad administrativa sin consecuencias. Es un escándalo político de primer orden que ha puesto en evidencia la falta de controles, de ética pública y de liderazgo del Gobierno encabezado por José Mazarías.

Lo más grave de este caso no es solo la existencia de irregularidades, sino la reacción del alcalde. José Mazarías no cesó a su número dos, no actuó con diligencia ni asumió responsabilidades políticas cuando el escándalo salió a la luz. Fue Rosalía Serrano quien dimitió cuando las evidencias eran ya incontestables y la presión política y mediática hacía insostenible su continuidad. Una reacción tardía, torpe y forzada que dejó claro que el alcalde carece de liderazgo y que su equipo de gobierno no dispone de mecanismos eficaces de control interno. La pregunta es inevitable y legítima: si esto hacía la primera teniente de alcalde y responsable de áreas clave, ¿qué no harán otros responsables del Gobierno del PP?

Este escándalo no fue destapado por transparencia del Gobierno municipal ni por una auditoría interna. Salió a la luz exclusivamente gracias al trabajo riguroso, constante y documentado del grupo municipal del PSOE, que ha ejercido durante todo el año una labor de fiscalización firme y responsable. Sin esa labor, este caso no habría visto la luz.

Pero 2025 no ha sido solo el año del escándalo. Ha sido también el año de la parálisis institucional y de la mala gestión económica. Segovia termina el ejercicio sin presupuesto aprobado para 2026, una situación gravísima que refleja la incapacidad del Gobierno del PP para cumplir con la primera obligación de cualquier ejecutivo: planificar y gestionar. No contar con presupuesto no es un detalle administrativo, es una anomalía política que bloquea inversiones, retrasa proyectos y genera incertidumbre entre vecinos, asociaciones y colectivos sociales.

A esta situación se suma una ejecución presupuestaria inaceptable. A mediados de diciembre de 2025, la ejecución del presupuesto apenas alcanza el 53,9 %. Millones de euros han quedado sin ejecutar mientras los barrios se deterioran, las calles no se arreglan, los parques se abandonan y los servicios públicos empeoran. El dinero está, pero la gestión no. El Gobierno municipal ha sido incapaz de convertir recursos públicos en mejoras reales para la ciudadanía. Se ha optado por una política de inacción, por decisiones financieras frías y por una absoluta falta de ambición para transformar la ciudad.

La gestión económica del PP ha tenido además un componente profundamente injusto desde el punto de vista social. El año 2025 ha sido el de la subida desproporcionada de la tasa de basuras, impuesta sin diálogo y de espaldas a la ciudadanía. Más de 1.200 reclamaciones formales registradas en el Ayuntamiento y las advertencias públicas de organizaciones de consumidores como FACUA evidencian el rechazo social a una medida injusta y mal planteada. Lejos de limitarse a cubrir el coste del servicio, el Ayuntamiento ha recaudado 1,1 millones de euros más de lo que cuesta realmente la prestación, utilizando la tasa como una herramienta puramente recaudatoria.

El Gobierno del PP desoyó todas las propuestas del PSOE para aplicar bonificaciones a familias, comercios y empresas. La pregunta sigue sin respuesta: ¿para qué se ha recaudado ese dinero extra? No ha sido para mejorar la limpieza ni para reforzar servicios. Todo apunta a que se ha utilizado para financiar caprichos, eventos y políticas de escaparate, mientras se descuida lo esencial. En 2023, con el PSOE en el Gobierno, una familia pagaba 85 euros por la tasa de basuras; con el PP, esa misma familia pagará 126 euros en 2026. Esa es la diferencia entre un modelo social y un modelo recaudador y desconectado.

El año 2025 ha estado marcado también por un grave conflicto laboral con los trabajadores municipales, consecuencia directa de la falta de diálogo, de planificación y de respeto del Gobierno del PP hacia su propia plantilla. Lejos de apostar por la negociación y el consenso, el equipo de José Mazarías ha optado por la imposición y la confrontación, generando un clima interno insostenible en el Ayuntamiento. La ausencia de soluciones a problemas estructurales, el incumplimiento de compromisos y la paralización de procesos clave han provocado un malestar creciente entre los empleados públicos, que son una pieza esencial para el correcto funcionamiento de los servicios municipales.

Ese malestar desembocó en una manifestación inédita en la historia reciente del Ayuntamiento de Segovia, el 22 de mayo, con trabajadores municipales saliendo a la calle para defender sus derechos y denunciar públicamente la gestión del Gobierno del PP. Una imagen muy preocupante que evidencia hasta qué punto se ha roto la relación entre el equipo de Gobierno y su propia plantilla. Que los empleados municipales se vean obligados a movilizarse es el reflejo de un fracaso político y de gestión, y pone de manifiesto la incapacidad del alcalde para liderar, escuchar y resolver conflictos dentro de la institución que dirige.

Especialmente grave ha sido el conflicto con la Policía Local, uno de los servicios más sensibles y esenciales para la seguridad ciudadana. La falta de diálogo, la mala planificación de los recursos humanos y la incapacidad para alcanzar acuerdos han generado tensiones que han tenido un impacto directo en la organización del servicio y en la percepción de seguridad. El PSOE ha advertido en numerosas ocasiones de los riesgos de esta situación y ha reclamado soluciones urgentes, negociación real y respeto institucional. Sin embargo, el Gobierno del PP ha vuelto a llegar tarde y mal, demostrando una vez más que su forma de gobernar no solo deteriora los servicios públicos, sino también la confianza y la dignidad de quienes los prestan.

Otro de los grandes fracasos de 2025 ha sido la gestión de Segovia como Ciudad Europea del Deporte. Lo que se anunció como una oportunidad histórica se ha convertido en un auténtico bluff. No ha tenido impacto alguno en el deporte base y sí ha tenido consecuencias negativas para la imagen de la ciudad. El ejemplo más grave es el torneo preolímpico de baloncesto, cuya mala gestión obligó a la Federación Española de Baloncesto a presentar una reclamación patrimonial para exigir el pago de 133.000 euros comprometidos y no abonados por el Ayuntamiento. Este episodio ha supuesto un desprestigio institucional sin precedentes y ha dejado al descubierto la incapacidad del Gobierno municipal para gestionar eventos de cierta envergadura con rigor y profesionalidad.

La mala gestión se extiende al ámbito del urbanismo y de las obras públicas. Nunca antes Segovia había sufrido un atasco urbanístico como el actual. Expedientes paralizados, retrasos constantes y falta de criterios claros definen una gestión caótica que afecta a vecinos, profesionales y al desarrollo económico de la ciudad. A ello se suman obras mal planificadas, como las plazas de Nueva Segovia, financiadas por la Fundación Biodiversidad, que acumulan retrasos y errores que ponen en serio riesgo la subvención. El riesgo de pérdida de fondos europeos es hoy una realidad por la falta de seguimiento y ejecución del Gobierno del PP.

Los barrios de la ciudad, también los incorporados, han sido los grandes olvidados de 2025. Calles deterioradas, aceras rotas, limpieza insuficiente, alumbrado deficiente y mobiliario urbano abandonado forman parte del paisaje cotidiano de muchos barrios. No existe una política de mantenimiento planificada ni una estrategia de inversión equitativa. El Ayuntamiento parece gobernar solo para el centro y para los actos simbólicos, mientras miles de vecinos ven cómo su calidad de vida empeora.

La cultura y el tejido asociativo también han sufrido las consecuencias de la mala gestión. Retrasos en pagos, convocatorias de subvenciones incoherentes y falta de criterios claros han asfixiado económicamente a asociaciones y colectivos culturales. Proyectos paralizados, actividades canceladas y una sensación generalizada de abandono definen la política cultural del PP, más preocupada por el titular puntual que por sostener la vida cultural real de la ciudad.

En este contexto de desgobierno, el grupo municipal del PSOE ha desempeñado en 2025 el papel que le otorgaron los ciudadanos: una oposición firme, exigente y responsable. Los socialistas han ejercido un control riguroso de la gestión municipal, han destapado irregularidades, han exigido responsabilidades políticas y han defendido los intereses de la ciudadanía. Esa labor de fiscalización ha tenido consecuencias reales, como la dimisión de la primera teniente de alcalde por el caso de corrupción.

Al mismo tiempo, el PSOE ha desarrollado una oposición constructiva y propositiva. En 2025 ha presentado una moción en cada pleno ordinario del Ayuntamiento, abordando problemas reales de la ciudad: apoyo al comercio local, infraestructuras sanitarias, diálogo institucional, desarrollo económico e industrial, transparencia en la contratación, impulso de proyectos estratégicos, protección del patrimonio arqueológico, gestión sostenible del turismo, servicios de emergencias, políticas de empleo y participación ciudadana. Aunque muchas de estas iniciativas han sido rechazadas por la mayoría del PP, el PSOE ha demostrado constancia, coherencia y un modelo de ciudad alternativo.

Gracias a esa labor, se han aprobado iniciativas relevantes, como el estudio de una tasa para autobuses turísticos o la protección de zonas arqueológicas, y se ha mantenido vivo el debate político sobre el futuro de Segovia. Frente a un Gobierno sin proyecto, el PSOE ha ofrecido propuestas, ideas y una forma distinta de gobernar basada en la honestidad, la planificación y la defensa del interés general.

El balance de 2025 es claro y contundente. Ha sido el año de la parálisis presupuestaria, de la mala gestión económica, de las subidas fiscales injustas, del abandono de barrios y del deterioro de servicios públicos. Frente a ese fracaso, el PSOE ha estado donde debía estar: fiscalizando, denunciando y proponiendo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *