En la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Segovia no dejan de saltar alarmas, no dejan de abrirse grietas ante un equipo de gobierno afanado en decirnos que todo está bajo control y en buenas manos, pero es palpable que el edificio cada día tiene menos estabilidad.
Lucrecia Monedero, arquitecta del Ayuntamiento de Segovia, abandona su puesto, una baja sensible para el consistorio que se suma a la falta de interventor del mismo.
Preocupación y pesimismo es el ambiente que se respira en Urbanismo ante una situación crítica que parece desbordada, una olla que cada día tiene más temperatura, más presión y nadie se atreve a valorar cómo puede ser el desenlace de una situación cada día más insostenible.
La concejalía de Urbanismo se ha convertido preocupantemente en una extensión de aquella película dirigida por Richard Benjamin «Esta casa es una ruina”.