Pidiendo perdón

Hace unos meses que mi querido Javi Segovia me propuso desdoblarme un poco más y realizarme en algo que siempre he admirado mucho. Escribir para los demás. Esto a los que hablamos hasta bajo el agua nos gusta mucho.

Una vez más puse en práctica uno de mis mantras, y es que a veces es mejor pedir perdón que permiso, así que sin dudarlo le dije que sí.

Vaya por delante mi respeto máximo a la profesión del periodista, con la que he crecido de la mejor forma posible. Mi madre y mi hermano son periodistas de vocación. Disfruto enormemente informándome sobre la actualidad verídica y valoro por encima de todo el rigor de la palabra. Y el saber escribir.

No sé si soy la mejor persona para esto. Como se deduce por mi mantra ya comentado, soy impulsiva y tengo muy poco filtro. Algo complicado de manejar en mi posición, sobre todo la parte que atañe a mi cargo institucional.

Por ponernos en situación, soy CEO de una empresa medianamente grande de la provincia, consejera de una entidad financiera, orgullosa Embajadora de Marca Ejército de España y presidenta de la Cámara de Comercio de Segovia. Antes esto llamaba mucho la atención en una mujer de mi edad, pero ahora, gracias a Dios, no es así. Soy de las que cuando asumen una responsabilidad es para trabajar en ello. Para ser útil. Y eso es lo que quiero hacer con estos atracos a Cedrus, que espero Javi me perdone.

Cuando uno no ha hecho esto nunca, y valora tanto el periodismo, de repente le entra el vértigo de… ¿y qué digo yo ahora? Porque no hay una segunda oportunidad para una primera impresión… Y me encantan las primeras veces, pero también me dan ese miedo escénico de quien quiere hacer bien algo y no sabe si será capaz de hacerlo. O de estar a la altura.

El caso es que pensando qué contaros, pensé que podría ser bueno tratar de llevármelo a mi terreno, pero con matices de medio de comunicación, porque creo que es el mejor homenaje que puedo hacer a Cedrus por brindarme esta oportunidad. Y porque me vuelvan a llamar, si eso. Y podría hablar de los incendios, pero seguro eso nos da para muchos capítulos más adelante. Como la Dana.

Como representante empresarial siempre he sido muy crítica con la importancia del sector privado. Vivimos una época ya demasiado larga en la que las empresas privadas somos diana de una política populista basada exclusivamente en el horizonte de voto. Y lo de que somos explotadores y tratamos de engañar al sistema por sistema se ve que vende mucho. Así que cada mañana nos levantamos y abrimos las noticias con un poco de miedo en plan (como dirían los adolescentes, en plan), a ver qué me mandan hoy, o de qué tengo la culpa. Ya tendremos seguro tiempo de hablar de la reducción de la jornada laboral, de los impuestos, o incluso de los apagones. Porque de los escándalos de serie de plataforma de pago (porque es de las buenas) ya se habla mucho. Pero hoy, hoy, voy a hablar de periodismo.

La importancia de la libertad de prensa ha sido uno de los pilares fundamentales de nuestra democracia. La libertad de expresión. El derecho a la información. Cada uno, como he dicho, nos levantamos por las mañanas para elegir qué leer y dónde, pero parece que cada vez va a ser más complicado que las noticias nos lleguen sin pasar por un aro que nunca ha sido bueno. El otro día volvimos de vacaciones a la vida real, con la noticia de que la Mesa del Congreso ahora va a poder sancionar a periodistas, imponer “correctivos” e incluso actuar de oficio sin denuncia previa. Así. Sin miedo. Para que los lectores no dudemos de si las noticias son ciertas o están manipuladas.

Lo cierto es que a alguien como yo, que se bebe las noticias, como digo, cada día, me hace temblar. Como cuando hablas de un destino y tu móvil te manda ofertas. O dices que te duele la espalda y te recomienda apps de hacer ejercicio en la pared de tu casa.

Como he dicho alguna vez, los empresarios nos dedicamos a vender. Pero parece que todos, cada vez más, estamos vendidos.

Espero haber estado a la altura de esta primera incursión en los medios. Si no es así, perdón.

Un comentario sobre “Pidiendo perdón

  1. Qué bueno que te hayas animado a a escribir y que lo hagas sobre temas, como el que tratas, que afectan a la calidad de nuestra democracia y que, por tanto, nos atañen a todos (o deberían). Me
    parece especialmente importante el papel de las empresarias y empresarios en defensa de la democracia. También vivir sin ella haría que a la inmensa mayoría nos fuera mejor. 😘

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