A las siete de la mañana ya está José Luis López Saura «dando caña», como así se refiere a esa herramienta tan indiscutiblemente unida a su figura: el lápiz con el que crea. Esa es la clave de lo extenso de su obra: el método y las numerosas horas de trabajo.
Una serie de 55 dibujos sobre la crisis sanitaria le han convertido en el retratista de los héroes del coronavirus,ya que todos y cada uno de esos dibujos se hicieron virales en las redes sociales. Personal sanitario, bomberos, panaderos…, a todos ellos los convirtió en arte Saura. Esa recopilación de dibujos se verán publicados en el libro titulado «CoronaDibus», que saldrá a la luz este mismo mes de julio.
En la mesa de Saura se acumulan encargos, proyectos y mucho trabajo por delante. Un retrato de José Sacristán, su primera participación en Titirimundi, sus dos próximas exposiciones…, son algunos de los trabajos más inmediatos que pronto compartirá con todos.
De pintura, del coronavirus, de proyectos, de sueños hablamos con Saura.
¿Cómo ha vivido el confinamiento por el coronavirus?
Pues confinado, no podía ir a trabajar a sitios, no hay encargos, estaba pintando un mural en otro sitio. Así que en casa, dibujando. Se me ocurrió colaborar con un dibujo, y a partir de ahí se desencadenó uno diario, y ya me propuse tarde y noche dedicarme al dibujo y por las mañanas los metíamos en las redes sociales.
¿Cómo nace esa idea de crear esa serie de 55 dibujos a modo de homenaje o agradecimiento?
Mi cuñada y mi hermano son sanitarios en el Gregorio Marañón, en la llamada línea dura, la primera línea de fuego. Y yo dije «tengo que homenajear a esta gente de alguna forma». A mi manera, como pintor, como dibujante, pues voy hacer un dibujo diario. Empecé con uno sencillo, que era una mascarilla que hace como una casita con la gente dentro, como ese «quédate en casa» que se quedó como la frase de esta situación. Y entonces me dije.., tengo que hacer uno diario, y al final me lo puse como una meta diaria. Empezaron a salir colectivos como la UME, el ejército, hospitales de campaña, los panaderos, el del bar que no puede abrir, los ERTEs… Hice al final 55 dibujos, pero podría haber hecho 200.
Una serie que se ve interrumpida por el fallecimiento de su padre, precisamente por coronavirus
En el número 53 fallece mi padre y la despedida fue muy dramática, por el protocolo fue terrible. A partir de ahí, hice uno de despedida de mi padre, y uno con un abrazo final para despedirme de toda esta cosa. Y se ha quedado en un proyecto para hacer un libro, el colofón será editar ese libro.
¿Contento con esa próxima publicación del libro este mismo mes de julio, con la recopilación de esos 55 dibujos bajo el título ´CoronaDibus¨?
Si, en principio iba hacer una exposición. Cuando iba por el dibujo veintitantos, dije «hay que hacer una exposición», estaba claro. Luego te decía gente eso, queremos verlo en una sala, gente que me propuso exponer en Santander o Madrid. Pero luego surgió a través de la editorial Derviche, «¿por qué no hacemos un libro?». Al final el libro es el regalo final de toda esta historia.
Supongo que motivado y agradecido por ver como esos dibujos han servido de ánimo y fuerza para muchas personas, algunos de ellos puestos en las salas de espera de los hospitales o en las mismas UCIS.
A mi me llegaban, por medio de mi mujer Cristina, que es a la que debo toda esa difusión en las redes sociales, yo la doy el dibujo y ella lo sube. Yo me pierdo un poco, yo soy de lápiz. Pero las respuestas eran inmediatas, porque era colgar el dibujo y a los tres segundos ahí había una respuesta, del hospital de A Coruña del Bierzo, por ejemplo. Y te enviaban fotos de los dibujos pegados de una sala de espera, una UCI con los dibujos ahí pegados, y eso emocionaba, porque esos dibujos están hechos desde el corazón, así que eso llega. Pero cuando hice el de los aviones, aeropuertos, me llamó un piloto de Iberia que estaba aterrizando en Buenos Aires, para darme las gracias por el dibujo y por acordarme de ellos. Las redes llegan al fin del mundo, a colectivos como bomberos, Guardia Civil, Policía Nacional…
Una situación dramática que ha conseguido convertir en arte.
Sí, porque lo que empezó siendo un guiño, un dar las gracias, se ha convertido en una obra, que algunos dibujos han llevado 5 y 6 horas diarias de dedicación. Soy muy pesado, soy muy de complicar las cosas, si se puede complicar más lo complico. Al final se ha convertido en una obra más, que dedicaré a mi padre.
¿Qué le llevó a comenzar a pintar?
Por una parte ver a mi padre pintar, que mi padre no era pintor, tenía una frutería. En aquel Madrid de los años 50, pues yo veía a mi padre con sus cuadros, que hacía copias de cosas y dibujaba muy bien, y eso me fue enganchando. Luego nos llevaba a mi hermano y a mí, que somos mellizos, al Museo del Prado, y a mí ahí se me abrió una puerta, no se por qué. Y eso que íbamos a atravesar el Museo del Prado para ir al Parque del Retiro que está detrás, pero eso me enganchó. Luego habré ido al Museo del Prado infinitas veces, y ver a los copistas, eso me gustaba y me entró el gusanillo. En el colegio dibujaba mucho en todos los libros, y me castigaban por ello, hacía animaciones en las esquinas de las páginas. Desde siempre, recuerdo dibujar desde pequeñajo. En los trabajos, yo empecé a trabajar en una obra muy joven, yo dibujaba en las paredes de yeso, muñequitos, una cara, un caballo… Y ahí empezó todo un poco hasta conseguir ser profesional, poco a poco.
Una de las cosas más difíciles, es conseguir un estilo propio, que no haga falta ni mirar la firma para saber el autor, eso lo ha logrado.
Si, yo no era muy consciente de que tenía esa particularidad. Ese cuadro sin verle es tuyo, al final te das cuenta que la gente sí observa. Le pasa a Borondo, Ángel Cristóbal que tiene su estilazo propio, sin ver la firma. Me imagino que es oficio, y hacerlo siempre desde la misma manera. Yo vengo del mundo del cine, de la publicidad, y canta mucho mi tipo de pintura, los colores, el realismo de cartel de los años 30.
¿No ha sido algo buscado o un empeño en conseguirlo sino que ha sido natural?
Por mi forma de pintar, de donde vengo, por los talleres de publicidad y el cine, de los carteles, deriva en ese tipo de pintura. Al final sale sin querer, yo hago un retrato y posiblemente tendrá ese rollo.
El próximo 3 de septiembre se inaugura ¨El realismo mágico de José Luis Saura¨ en La Cárcel- Segovia Centro de Creación.
Iba a ser en mayo, yo había solicitado La Alhóndiga, pero siempre es complicado por fechas. Me propusieron desde el Ayuntamiento hacerlo en la Cárcel, que conozco bien, porque he trabajado mucho en ella. Y me pareció un espacio que aunque no sea mucho de paso, es un espacio curioso, por las celdas, el pasillo… Y ya estoy preparándola.
Y muy pronto también una exposición en el Metro de Madrid
Me ha surgido a raíz de los dibujos del coronavirus, hice uno de los medios de transporte e hice uno del Metro, de los autobuses urbanos, taxi…Y me llamaron para preguntarme si podían utilizar en su red interna de los trabajadores el dibujo. Y hasta que un día contactan conmigo para exponer en la estación de Sol, un sitio con más paso es imposible, cualquiera mataría por exponer ahí. Se van hacer en vinilo con una selección de 24-26 imágenes. Será el próximo 15 de julio.
También se encuentra inmerso trabajando en la que será su primera participación en Titirimundi
Si, hablé con Miriam Palma, directora del festival. Yo ya el año pasado hice unos apuntes, que en realidad la cosa iba a ser «un decaído» encima del Centro de Recepción de Visitantes, para hacer una especie de teatro, muy efímero. Como este año no venían los carruseles, por reparación, para no perder ese espacio tan importante. Y surgió el Michel Cabaret, que va a ser un cabaret de marionetas, pero un poco con la idea del cabaret de Berlín de los años 30. Y estamos haciendo unos paneles decorativos.
¿Cómo definiría su obra?
Es tan diversa, parece que siempre es lo mismo. He pasado por tantas facetas, desde la publicidad, pintar un envase, hasta pintar un retrato o un cartel de cine…, muy diverso Por eso mi exposición lo quiero llamar ¨El realismo mágico de José Luis Saura¨, porque va a haber guiños para el espectador, para ver las cosas desde distintos ángulos, perspectiva. Hay tanto oficio detrás, me he dado cuenta con el tiempo. Mi pintura es muy versátil, pero porque hay oficio detrás.
¿Dónde le gustaría ver alguno de sus cuadros expuestos?
En el Museo del Prado no estaría mal (risas), pero ahora en el Metro me apetece muchísimo. Yo nací en Lavapiés, soy mucho de Metro, no tengo ni carnet de conducir, me movía en Metro y le tengo cierto cariño. Mi padre trabaóo en el Metro en su última época, limpiando andenes por la noche. Pero me gustaría que hubiera un cuadro mío en Paris, Londres…En todos los lados.
Su método de trabajo se basa en ser metódico, no esperar que llegue la inspiración
Lo de la inspiración está muy bien, pero que te pille trabajando, como decía Picasso. Detrás hay mucho trabajo. Yo me levanto muy pronto, a las siete ya estoy con el lápiz, dando caña, a lo mejor lo dejo antes o después, pero es método. Es trabajar, y echarle horas. Si esperas que llegue la musa a inspirarte, a lo mejor no llega nunca. Hay veces que se te ocurre una idea genial y la sacas a la primera, y otras veces te estrellas. O ideas que tienes hace tiempo en la cabeza y ahora las sacas.
Con dos próximas exposiciones, próximo libro. ¿Esta trabajando en algún proyecto más?
Proyectos…, pues tengo unas perspectivas trucadas que si me da tiempo quiero hacerlas en la exposición, pero siempre tengo idas en la cabeza. Y lo que surja, que surge un gran mural, me meto con él. Siempre he trabajado con trece cosas en la cabeza.
Le deseo lo mejor del mundo, porque como artista es usted maravilloso, pero como persona es más maravilloso todavía. Un abrazo de toda la familia, que le quiere.
Conchita.