“ Desilusión”. Así ha recibido el Unami el nombramiento de Juan Folgado como nuevo entrenador del equipo, después de la destitución de Gonzalo del Valle. Un volantazo contra el muro, pero no para salvar el muro, sino para estrellarse contra él. El Unami ha decidido y ha apostado por el descenso. Ya se han cansado de la Tercera División.
Un Del Valle al que se destituía nuevamente con malas y feas formas, con nocturnidad y alevosía. El lunes tras el entrenamiento le pedían que se acercara a la sede del club, donde le esperaban para comunicarle la noticia. Una vez más el Unami haciendo gala de su mal estilo. No se sabe aún con qué idea quisieron que el lunes Del Valle dirigiera el entrenamiento cuando ya habían decidido que no siguiera. Los misterios de Andray e Illanas.
Con una fotografía digna de otro siglo, con mal color y trastos por el medio, el Unami comunicaba oficialmente que Juan Folgado era la apuesta de Andray-Illanas para “salvar” al equipo, con una caja de cartón que nos muestran en la fotografía (ahí deben ir guardando los cadáveres de los entrenadores que van pasando por el club). Y fieles a sí mismos, a seguir dando mala imagen del club, ese es el proyecto.
Tras la llegada de Folgado, el siguiente plan de club que deben de tener en la cabeza es el de nuevamente hacer limpieza en el vestuario, porque hay malestar con varios jugadores y se avecinan capítulos apasionantes de aquí a final de temporada.
Cuando un club cambia de entrenador suele ser un intento de revertir la situación, de generar nuevas ilusiones y ser un nuevo revulsivo, pero eso es todo lo contrario a lo que ha decidido el Unami. Ellos son diferentes, una frase muy escuchada en esa casa.
En todas las quinielas entraba el nombre de Juan Folgado. Quien conoce el club y conoce el fútbol segoviano es conocedor de que a todos los entrenadores que han ido pasando por el club, los han ido quemando, y es difícil, por no decir imposible, que algunos nombres regresen al club mientras sigan al frente los mismos, Francisco Andray y Emilio Illanas, que desprenden nula confianza en el fútbol provincial.
El mensaje que envía el club es el de «apostamos por el descenso», damos por descendido al equipo, y que pasen los días. Folgado llega al club tras descender la temporada pasada al C.D. Monteresma de la Primera División Regional. Tras su salida del club morado fichaba por el C.D. La Granja, al que abandonaba esta semana dejándolo en puestos de descenso, y llega al Unami.C.P. sin experiencia en la Tercera División. ¿Esto son garantías para sacar al equipo de tal crítica situación?. Si este es el as que tenía en la manga Francisco Andray, presidente del Unami, ya puede cerrar el club. Nueva y lamentable decisión del dúo Andray-Illanas. ¿Diez años intentando subir a Tercera División para esto? ¿Se pueden hacer peor las cosas? ¿A quién cree Andray que va a ilusionar?
Folgado llega a un Unami, que no es el que dejó en el mes de enero, cuando ejercía de segundo entrenador. Llega a un Unami roto, desquiciado, hundido, desilusionado, sin compromiso y con muchos agujeros por donde cada vez entra más agua. Folgado, mal que nos pese, no será el mejor capitán para enderezar esta situación. Se equivoca el Unami y se equivoca Folgado aceptando, un entrenador que va quemando etapas a la velocidad de la luz y que, en tan solo dos años, ha estado ya en cuatro clubs diferentes. En Segovia pronto se le quedará corto el mercado.
Que no olvide Folgado, las declaraciones recientes de Francisco Andray, en las que afirmaba sin rubor que “ hoy confío en el entrenador, pasado mañana no sé qué va pasar”. Así que la pregunta es…¿Terminará la temporada Folgado en el banquillo del Unami?
