Paco Maroto: “El único objetivo que tiene el Turégano es ganar”

La llamada del Turégano C.F., uno de los pocos clubs segovianos de fútbol que sigue manteniendo viva la llama de la ilusión, ilusionaba de nuevo a Maroto para coger la pizarra y las botas y ponerse al frente de un Turégano que quiere seguir haciendo historia.

Con el objetivo claro en el horizonte de llevar al Turégano a la Tercera División y con el premio de disputar la fase previa de la Copa del Rey, Maroto toma las riendas del banquillo, convencido de que con trabajo podrá sumar otro ascenso a su extenso palmarés como entrenador.

¿Qué le ha llevado aceptar la oferta del Turégano C.F.?

Llevaba un par de años o tres sin entrenar. Me gusta entrenar más que comer con las manos y creo que era el momento. Ya me lo pedía, sobre todo tenía muchas ganas de entrenar, mi propia familia ya me lo decía que estaba mucho en casa y quería que saliera un poco de esa rutina, que me estaba acomodando demasiado.

Llega a un banquillo en el que han dejado el listón muy alto.

Si, se dónde voy. Pero confío ciegamente en mis posibilidades. A mí me han expuesto un proyecto de presente, por supuesto, yo no vendo futuro, vendo presente. Me parece extraordinario y la gente que trabaja en el club, el presidente y la directiva, todo el pueblo está empujando, y muy fuerte, para que el equipo pueda conseguir esa aspiración que ha tocado dos veces con la yema de los dedos, como es subir a Tercera División, y yo lo único que voy hacer es intentar colaborar con ellos y ayudarles para que eso suceda.

Una temporada que pasa por el objetivo de subir a Tercera División.

Sí claro, desde luego. Yo soy muy claro, no me escondo. Puedes prometer trabajo, y los resultados no llegan. Tengo claro que el día a día del entrenador son resultados, puede gustar muchísimo tu trabajo, pero si no ganas no vas a ningún lado, y puede no gustar y si ganas pues es lo que tenemos. Tengo clarísimo que hay que hacer un equipo, que la base del equipo está hecha, hay que incorporar con inteligencia, creo que vamos a tener posibilidades de acceder a jugadores, porque la situación del fútbol que hay en Segovia no es la más idónea, entonces yo creo que puedes tener un buen equipo. Hay que ir con paciencia y paso firme, pero bastante tranquilo y sobre todo concienciar a los jugadores, la plantilla y a todo el que esté en ese equipo que el único objetivo que tiene el Turégano es ganar. Todos los partidos que se pongan por delante, sea contra quien sea, cuando se haga encantado y cuando no, hay que buscar la manera de que se haga otra vez. No me voy a esconder y decir yo prometo trabajo, tampoco prometo ganar, ya que no se puede prometer ganar, ya que eso es una cosa del destino, pero lo que sí prometo es intentar hacer todo lo posible para que el equipo gane.

 Más de tres temporadas alejado de los banquillos, ¿ha sido un retiro obligado o elegido?

Ha sido un poco más voluntario. Cuando coges edad te vas haciendo más exquisito, mucho más cómodo, te ilusionan cada vez menos cosas. Veía las cosas con un poco de distancia y tampoco es una cosa a la que tuviera excesivas ganas de acercarme.  Pero la verdad, evidentemente he seguido al Turégano, he seguido conectado al fútbol, he seguido estudiando, viendo cosas, si no te reciclas continuamente te atropella. Es verdad que al Turégano le he seguido, pero lo que más me ha llamado la atención de este viaje que voy emprender es la ilusión que tiene todo el mundo, y por supuesto que yo no quiero ser un fiasco en ese sentido, sino que yo quiero sumarme a esa voluntad que tienen todos, desde el presidente a todos los directivos, jugadores y afición de conseguir algo que sería histórico para el pueblo.

Usted atesora varios ascensos en su palmarés, ¿por dónde cree que pasan las claves para que el Turégano alcance ese objetivo?

Primero pensar que si no trabajas y no te esfuerzas al máximo no vas a conseguir nada. Tenemos que ser todos conscientes de que vamos a tener que poner mucho más de lo que está en nuestras manos para poder realizarlo, es decir si yo te pido diez, vas a tener que darme once, porque el amateurismo en el fútbol, en el deporte en general, pero en el futbol en particular, lo que te lleva es a no entrenar siempre en las mismas condiciones, los jugadores no siempre están igual, la cosa fluctúa demasiado. La misión del entrenador es mantener un equilibrio que permita que el equipo no se vea afectado por esos vaivenes que pueda tener el devenir de una lesión, de unos estudios, un trabajo… Sobre todo, yo creo que lo más importante, la piedra angular para el ascenso para mí está basada en la estabilidad, que tu equipo este fuerte en el cimiento, fuerte en la base, que sea estable, que las cosas que van a suceder durante la temporada, y no todas buenas, seamos capaces de minimizar los daños y potenciar los éxitos.

Llega a un banquillo con el dulce de disputar la fase previa de la Copa del Rey.

Como dices tú, a nadie le amarga un dulce, y yo estoy muy ilusionado porque básicamente la directiva y el club me han trasmitido esa ilusión que a mí me contagian, desde luego ellos lo han vivido mucho más en primera persona que yo el año pasado. Me han contado la experiencia que supuso, yo me contagio de ello. Evidentemente es una cosa que no se puede dejar pasar, así como así y vamos a intentar hacer y dar todo para por lo menos hacer una labor sino igual, parecida a la de otros años o intentar mejorarla. No se sabe que puede pasar, pero desde luego por mi parte no va a quedar.     

 

¿Tiene ya cerrado y perfilado el cuerpo técnico que le acompañará?

Todavía no del todo, no está aún la cosa definida. Hay que intentar diversificar papeles y roles dentro del equipo. Sí que es verdad que tengo la intención de que Guille Duque, que además es jugador, siga aportando en la parcela física, sí porque sí que considero que si ha sido un distintivo de este equipo digamos, entre comillas, «la superioridad física» que ha manifestado durante toda la temporada con el resto de equipos, y eso sí creo que es importante. Puede haber un día que no tengas a tres jugadores importantes del equipo, pero si tienes una estabilidad, bien porque tienes una idea, sabes a qué juegas y cómo juegas y encima tienes un físico, como me decía el otro día, tenemos una plantilla con una media de edad de unos 25 años que es una edad idónea para el desarrollo físico. Son jugadores, por lo que me ha contado y por lo que he visto, que asumen todo, están volcadísmos en todo lo que hacen y eso tiene que ser un valor y ventaja para nosotros en toda la temporada.    

¿Cree que está suficientemente valorado el entrenador segoviano en Segovia?

Yo tampoco creo que no esté valorado, sí que lo está y de unos años a esta parte más todavía. Si te das cuenta el primer equipo de Segovia está dirigido por un segoviano, que además lo está haciendo fenomenal, es de agradecer que cuando se va o cuando se acaba la etapa de Manu González en la Segoviana en ese sentido la directiva obró, bajo mi punto de vista, de un modo excepcional, no se miró hacia afuera antes que hacia adentro. El tema no es entrenador segoviano o no segoviano, sino simplemente si vales o no vales, te gusta o no te gusta y tienes unos valores, y con el aliciente de que conoces la idiosincrasia de la ciudad, de los equipos, de los jugadores, es un plus. No es que el de fuera vaya a ser peor que tú, pero tampoco tú eres peor que el de fuera.

¿Qué es lo que más valora en un jugador?

La profesionalidad. Eso para mí es fundamental, y la profesionalidad yo la defino siempre, y los jugadores que han estado conmigo lo saben y lo pienso así. No eres más profesional porque cobres más dinero, sino porque te dediques más a las cosas. Hay dos jugadores en Segovia que me han llamado mucho la atención, el crecimiento de uno más exponencial que otro, como es el caso de Diego Gómez y Juan de la Mata, que para mí han sido fantásticos los dos. Diego Gómez es un tío de 19 años que se pega unas palizas en el gimnasio tremendas, que pierde su tiempo libre para currar, para vivir del fútbol y en el fútbol, y eso es ser un profesional, independientemente de lo que cobres. Tú tienes que tener tu cuerpo, tu cabeza y todo dispuesto para una máxima exigencia, y eso es lo que más vale, que el jugador piense que él lo que va hacer es lo último que puede hacer, puede haber una lesión, puede haber algo que haga que no vuelva a jugar, lo tiene que dar todo, me da igual en un entrenamiento que en un partido. Y como te decía, yo la profesionalidad la valoro en la disposición que tengas hacia el trabajo y a partir de ahí a todos nos irá mejor.

 

 

¿Cómo valora la situación actual del fútbol segoviano?

Hay claros y oscuros. Es verdad que el año que ha hecho la Segoviana, que hemos estado a un pasito de estar ahí en Primera RFEF, que sería la leche.  Por detrás ese segundo escalón, el único que digamos que ha estado a la altura, sin desmerecer a los demás que cada uno ha tenido sus problemas, yo respeto a todo el mundo, no me quiero meterme en la casa de nadie, pero La Granja ha descendido, el Unami ha descendido… En ese segundo escalón el único que ha cumplido a priori, por así decirlo, es el Turégano. Creo que, como provincia, Segovia merecería tener algo más que un equipo en Preferente, y ninguno en Tercera División. Te vas a Ávila y tienes otra historia tienes al Ávila en Tercera, el Diocesanos, Cebrereña… Digamos que en Segovia estamos muy huérfanos en ese sentido, no sé por qué será. Y en juveniles tuvimos la opción aquella cuando el División de Honor que desgraciadamente se volvió a bajar, y en general yo creo que la base no se está trabajando mal, porque está habiendo jugadores y equipos, pero nos falta ese segundo escalón después de la Segoviana, que no tenemos una consistencia de estar ahí arriba.

¿Qué sueño le queda por cumplir como entrenador?

Bueno yo no soy una persona de sueños, no, no. Si tú sueñas algo y luego no se cumple, la decepción aún es mayor. En ningún caso me esperaba que los logros que he tenido como entrenador fueran a ser así. Yo siempre he creído, no en objetivos finales, sino en el día a día, en el paso a paso. ¿Qué sueño tengo ahora mismo? Hacer todo lo posible para que el Turégano suba a Tercera División y llegue lo más lejos posible en la Copa del Rey. Lo demás no me importa más, no me importa nada si tengo un sueño de entrenar el próximo año en otro sitio, si tal o cual. Sí que es verdad que, como un sueño, entre comillas «húmedo», como se dice, a mí me encantaría poder entrenar un año fuera de España, me encantaría, para mí sería una cosa ideal. Pero eso es una de las cosas que tienes en la cabeza, como los niños que están pensando en tener una PlayStation 5, pero yo ahora mismo el único sueño que tengo es que las cosas al Turégano le salgan lo mejor posible, que yo pueda ayudarles todo lo que pueda, y lo demás pues ya veremos.

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