Ginés Marín por la Puerta Grande en San Miguel de Allende

El tercero de la tarde, “Doctor”, de 510 kilos, ha sido el primero del lote del torero español Ginés Marín, al que saludó por verónicas. Un toro soso, deslucido al que le faltó la fuerza y transmisión en la faena de muleta. El pulso, temple y determinación de Ginés lo llevaron a sacar los muletazos y a firmarlos con la calidad que le caracteriza. Los primeros pasajes por el derecho, estando por encima, buscando también por el izquierdo donde tuvo menos correspondencia. Al final, acortando la distancia, arrimándose, y extrayendo de uno en uno los trazos con el eco en los tendidos de una afición que le reconoció el enorme esfuerzo. La rúbrica una buena estocada que le ha valido el corte de una oreja.

“Sevillano”, de 462 kilos, segundo del lote de Ginés Marín, que consiguió firmar una faena con pasajes de calidad. El toro de Villa Carmela se apagó muy pronto, regateando las embestidas y aplomándose. Ginés extrajo los muletazos por el derecho, de uno en uno, para ir construyendo una labor bajo el reconocimiento de la afición que hoy hizo una buena entrada en la plaza de toros “Oriente”. Forjó el pulso y temple en los pasajes finales, aguantó enormidades, esperando al de Villa Carmela, pero lo hizo con solvencia, robando los pases en redondo. El final ha sido con letras mayúsculas, roto y profundo, con el sentimiento a flor de piel por haber puesto todo ante un toro que no dio nada. Una gran estocada, deletreada y suficiente para que doblara. Oreja con petición de la segunda.

Crónica: Natalia Pescador

Foto: Manuel Briones

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