En 1985 comenzó una tradición navideña que se mantiene en el tiempo. Otro año más, a las 8 de la mañana, en el preciso instante en el que el reloj del Ayuntamiento de Segovia da la octava campanada, un importante grupo de corredores populares se dan cita para salir corriendo rumbo al Puerto de Navacerrada.
El buen ambiente, el frío y las risas acompañan a estos valientes corredores que cierran la jornada con un buen almuerzo de huevos fritos con picadillo, en el mítico bar Castilla de La Granja de San Ildefonso.
Este año cabe destacar el emotivo y sencillo homenaje en el Puerto de Navacerrada a tres compañeros, habituales en esta peculiar tradición, Miguel Dalia, Barba Luis y Tomasín, fallecidos y a los que han querido rendir un homenaje al que han acudido sus viudas para recibir el cariño de estos corredores.