“Por mis amigos” es el sugerente título de la exposición de Pablo Caballero que acoge la Galería Bar Santana, desde el 7 de diciembre hasta el 17 de enero de 2024.
Todo un año de preparación y trabajo para esta exposición, en la que Caballero ha presentado una completa obra inédita para el disfrute de todos los que durante estos días se han acercado a disfrutar de estos particulares paisajes, algunos de ellos muy reconocibles.
En 1994 Caballero realizaba su primera exposición y desde entonces ha realizado más de 20 exposiciones individuales, además de otras muchas colectivas por todo el territorio nacional, y también fuera de España.
En “Espacio Arte”, escuela de arte creada y fundada por Caballero, ahí están centrados todos los esfuerzos del pintor para transmitir su pasión por la pintura a sus alumnos.
¿Cómo surge la idea de esta exposición “Por mis amigos”?
Yo conocí a Kike y José hace más de 30 años. Yo vivía entonces en San Jeroteo y ellos se acababan de quedar con el Bar Santana. Decidieron hacer exposiciones, a través de un amigo en común nos hicimos amigos, y me dijeron que tenía que exponer aquí, y al final decidimos que íbamos a exponer aquí, y fue pasando el tiempo, un año, otro año… Yo fui haciendo exposiciones muy grandes, además pintaba cuadros muy grandes, han pasado 30 años y ha llegado el momento de hacerla. Desde primero de año decidimos hacer la exposición aquí y que me diera tiempo a pintar. Llevo todo el año preparando esta exposición, toda la obra es de 2023 y es reciente, y por eso el título de la exposición “Por mis amigos”, se la debía a mis amigos, a todos los amigos que ido conociendo a lo largo de mi vida, y que quiero dedicar a toda la gente que ha confiado en mí, a mi pareja, a los que me han ayudado y apoyado, y por eso esta exposición.
¿Qué se va encontrar quién la visite?
Una obra de un estilo más bien impresionista, que es el estilo que a mí me encanta. A mí me gusta trabajar con paisajes y cosas de Segovia, pero yo utilizo planos cortos. Ahora lo que hago es centrarme en primeros planos y sacarles partido, me encanta dibujar piedras… Yo voy por el campo y voy viendo cuadros por todos los sitios, voy fraccionando el paisaje, fracciono trozos pequeños que luego desarrollo, es la obra que me hace sentir. Es una obra que desde que veo la imagen en el campo lo siento. En esta exposición he sufrido un poquito porque yo estos cuadros me los imagino en 1,50 ó 2×2 y son impresionantes por el tamaño que te permiten desarrollar más, centrarte más en detalles, pero muy satisfecho.
¿De dónde le viene la pasión por la pintura?
A mí me gustaba pintar toda la vida, desde pequeño, pero dedicarme a ello no me he dedicado hasta los 30 años en plan aficionado. Yo soy autodidacta. Hay una anécdota porque en el colegio era de los que mejor pintaba y suspendía dibujo. Tenía un profesor, sí que es cierto que era yo un poco rebelde, que me tenía un poco de manía y me suspendía. Éramos muchos en clase, más de 40 alumnos, había amigos míos que no habían pintado nunca, le presentaban las mismas obras mías, volvían a presentar las mismas láminas mías y sacaban sobresalientes. Y eso me marcó un poco negativamente, si yo creo que lo hago bien, pues te desmotiva un poco. Fui haciendo clases de música, de guitarra y estuve con un grupo varios años.
¿En qué estilo se encuentra más cómodo?
En el impresionismo, en el abstracto también, he hecho abstracto y me encanta. Encontrarte con un lienzo en blanco y desarrollar cosas, pero llega un momento en el que en el abstracto tienes que tener una idea y desarrollarla. A mí la naturaleza me encanta, me considero parte de la naturaleza, voy por el campo, voy por el río y me inspira y me apetece mucho pintarlo. Un realismo puro casi fotográfico, no, no, no… El pintor o el autor yo creo que debe aportar algo y quitas o pones siempre, tienes que ir a favorecer el cuadro, a favorecer tu obra. La naturaleza la utilizas como referente, siempre la modificas en beneficio tuyo.
Segovia es el escenario perfecto para encontrar siempre esa inspiración.
Segovia es impresionante, vivimos en una ciudad de cuento. Segovia es una ciudad para estar pintando toda la vida el mismo tema, depende de la luz, del día, de la hora… Es una maravilla. Yo he evolucionado un poco al paisaje porque Segovia ya la he pintado mucho en mis comienzos, lo he trabajado bastante. Quizás dentro de más tiempo vuelva, además con otra perspectiva, porque ahora tengo en mente dar un poco un giro, dar una vuelta de tuerca a mi obra, dejar un poco este estilo tan impresionista, dejar esto de lado y a partir de esta exposición un punto y aparte. Tengo varias ideas en la cabeza que hay que desarrollar, claro, están en periodo de gestación y luego está que las desarrolles y te guste y sepas sacarlas rendimiento.
Una de las cosas más difíciles de la pintura es encontrar un estilo propio, y que eso identifique al autor. ¿Usted lo ha conseguido?
Sí, eso sí lo he conseguido. Llevo 30 años pintando, con exposiciones… Cualquiera que siga mi trayectoria, ve mi obra y dice esto es de Pablo Caballero, se identifica mi estilo, mis temas, los temas que toco son de planos cortos de paisajes que es muy difícil que haya otra persona que coincida con el punto de vista tuyo. Yo voy con alguien por ahí a la orilla del río, veo una piedra con musgo y un golpe de agua que cae y lo plasmo. Con la visión de pintor fraccionar, fraccionar y fraccionar el paisaje, el terreno, las piedras…Mi punto de inspiración es la naturaleza.
Ha conquistado el Bar Santana, ¿dónde le gustaría exponer que aún no hizo?
Me gustaría exponer en La Alhóndiga. Hice una colectiva con tres amigos Frutos Casado de Lucas, José Luis López Saura y Pedro Ignacio de la Concepción, y fue un éxito. He expuesto en el Torreón de Lozoya dos veces, en el Teatro Juan Bravo…. Pero en Segovia ahora está muy limitado. Ahora por ejemplo en el Torreón de Lozoya no me dejan exponer, tiene que ser a través de asociaciones y no permiten. En La Alhóndiga lo solicité hace cinco años, lo solicité hace tres y no he recibido ninguna contestación ni sí, ni no, ni mucho, ni poco, cero. Me gustaría exponer ahí porque tengo obra muy grande y poder expresarlo no solo conmigo, sino con otros artistas segovianos, pero ahora mismo en Segovia está muy complicado.
¿Es difícil vivir de la pintura?
Sí, vivir de la pintura es complicado. Yo vivo de la pintura porque hice una academia de arte y tengo muchos alumnos, niños y adultos, y he conseguido vivir de ello, pero a través de la enseñanza como base principal.
¿Qué es lo más difícil de transmitir a los alumnos?
Enseñarles a ver las cosas, trasmitirles que ellos pueden ser capaces de hacer las cosas. Lo que sí que tienen que aprender es a tener paciencia, no todo el mundo tiene el mismo ritmo, ni las mismas cualidades, hay personas que tardan más y otras que tardan menos en desarrollar una obra. Que no hagan las cosas porque yo se las estoy explicando, sino que lo vean, no porque yo te lo digo. Ellos mismos con el tiempo van viendo que sin querer esos conocimientos que tú les vas dando se les van quedando. Tengo alumnos que son una auténtica maravilla, de mucho nivel.