El embrujo de Oriente llega al Torreón de Lozoya con la exposición “Japón. Una historia de amor y guerra” de la mano de CaixaBank y la Fundación Torreón de Lozoya desde el día 1 de febrero hasta el 28 de abril.
Esta muestra nos transporta a un mundo mágico a través de las casi 100 piezas que podremos disfrutar: desde las conocidas pelucas de Geishas y sus ricos kimonos, al mundo que rodea a los no menos conocidos samuráis quienes, con el paso del tiempo, olvidaron su lado más agresivo para convertirse en “funcionarios” pero sin olvidar su cuna y autoridad a través de sus “ricas armas y armaduras”
Esta muestra, con la que se inicia la programación del año 2024 en este espacio expositivo, refleja ante nuestros ojos el “Periodo Edo” que abarcó desde el comienzo del siglo XVII hasta 1868. Durante este tiempo, la paz y la estabilidad política, propiciaron la prosperidad económica y el control del poder de la nobleza militar favoreciendo el comercio y cerrando Japón a la influencia extranjera. Este tiempo de bonanza facilitó la consolidación de los Chonin, una clase urbana adinerada formada por comerciantes y artesanos, entorno a los cuales apareció una cultura alternativa a la conocida hasta ese momento que fue todo un respiro y recibió el nombre de Ukiyo.
La densa y rica historia de Japón durante estos dos siglos y medio fue abordada por la Comisaria de la Exposición, Rosa Perales, en una conferencia que completó la inauguración ante un importante número de segovianos que no quisieron perderse la posibilidad de adentrarse en un mundo misterioso en las diferentes salas del Torreón
Precisamente, Rosa Perales, ha comentado que “Japón ha sido siempre un misterio para occidente por ser un país aislado durante muchos años. No apareció ante los ojos del mundo hasta mediado el siglo XIX tras dos siglos y medio de aislamiento lo que produjo una especie de fascinación”. Esa fascinación, añadía, siempre se ha visto incrementada porque “Japón ha continuado manteniendo su identidad, sus costumbres y sus tradiciones, integrándolas en el mundo tecnológico en el que ellos viven, han sabido conciliar lo antiguo y lo tradicional con la modernidad más exclusiva. Es una cultura muy espiritual con una técnica tan exquisita, cuidada y elegante…” y estos puntos, entre otros, son los que la exposición quiere destacar.
Pero, no es raro preguntarse el efecto que Japón, un país con unas características culturales tan especiales, puede causar en el ánimo de cualquier español porque somos muy diferentes… Para la Comisaria de “Japón. Una historia de amor y guerra”, “la fascinación que Japón despierta en España es mutua. Para ellos somos una de las culturas occidentales que con más fuerza han mantenido sus raíces: Las religiosas, las taurinas… Esas raíces que se han diluido en Europa, hacen que España, aunque suene a tópico, sea diferente. Como todos sabemos, a los japoneses les atrae de modo muy especial el flamenco”.
En cuanto a la exposición sobre el arte y la vida en el Japón del siglo XIX, es una colección muy completa. Contiene fotografías y xilografías del siglo XIX que representan la vida del Japón en ese tiempo mostrando su influencia sobre la evolución del arte occidental y, más concretamente sobre el Impresionismo. Por otra parte, se muestran escenas de la vida cotidiana a través de los personajes de la guerra como el Musa, el samurái… las armas, armaduras y catanas, los objetos que los rodean en grandes escenografías que aparecen en la extensa tradición literaria japonesa sobre la guerra. Además, la exposición ofrece imágenes sobre la vida cotidiana a través de lo femenino: Las Geishas (mujer hermosa), entre ellas las cortesanas, en los “barrios de placer” que eran denominados de modo muy delicado aun cuando en ellos la vida era más sórdida. Este apartado también muestra objetos como “el muca” o peluca japonesa, los famosos cinturones… Todo lo que tenía que ver con la vida de la Geisha porque para ellos todos los elementos de la vida tenían un ritual. En un apartado de la exposición convenientemente señalado, aparecen escenas del género “shunga” (imágenes de primavera), grabados con la práctica sexual como tema que pudieron evitar las prohibiciones impuestas por el estado.
Para terminar, “Japón, una historia de amor y guerra”, es una exposición que merece una visita pausada para contemplar la belleza de las casi 100 piezas que se exponen ante los ojos y provienen de colecciones privadas con origen en Italia y, entre ellas, una que es especial para su Comisaria, el “Diario de una gloria de la mañana”, una imagen que desprende romanticismo y máxima belleza, relacionada con un texto literario. En los paneles existentes se observan códigos QR en los que encontraran más información sobre cada estilo y su historia. Prepárense a disfrutar interiorizando mucha belleza y terminología algo complicada… se alegrarán.
Pilar de Miguel