El PSOE denuncia que la contratación del Paseo de la Navidad es ilegal

Una autorización “a dedo”, casetas instaladas sin autorización y ajenas al control de los técnicos municipales, gastos no amparados por contrato (hasta 58.000 euros), y un grave episodio que puso en riesgo la seguridad de los ciudadanos, con una explosión, que causó dos heridos, asociada a una churrería que no contaba con una autorización expresa de instalación ni informes de Policía Local y Bomberos.

Son solo algunas de las conclusiones del análisis por parte del grupo municipal del PSOE de los expedientes vinculados a la organización del mercado navideño en el Paseo del Salón y del resto de actividades de la Navidad. La documentación analizada por este grupo municipal, entregada con retraso y aún incompleta, ha venido a confirmar las sospechas de los socialistas: el incidente de la churrería ha sido la punta del iceberg de una gestión nefasta, improvisada e irresponsable, tal y como ha señalado hoy en rueda de prensa la portavoz del PSOE, Clara Martín.

A juicio del PSOE, el alcalde Mazarías y la concejala de Turismo deben asumir el fracaso de la organización de la Navidad, pedir disculpas a los comerciantes del mercado navideño y reconocer y asumir los graves errores de gestión detectados para que no se repitan. Y deberá afrontar, tras producirse una explosión con heridos en plena Calle Real, las posibles consecuencias jurídicas para el Ayuntamiento de sus decisiones caracterizadas por el descontrol y la improvisación.

En síntesis, la documentación analizada se resume en dos grandes expedientes. El primero se refiere a la autorización a “dedo” a un empresario de Jaén del mercado navideño, el tren y la pista de hielo. Y el segundo sobre los gastos que ha tenido que afrontar el Ayuntamiento sin contratos previos y, por tanto, que ha abonado por convalidación de facturas, por importe de la nada despreciable cifra de 58.777 euros.

Como se sabe, en el año 2022 el Ayuntamiento, bajo Gobierno socialista, con antelación suficiente y de forma totalmente transparente, adjudicó a través de un procedimiento público de licitación el mercado navideño en la Plaza Mayor, el tren y la pista de hielo, poniendo, en consecuencia, las condiciones de estos servicios para garantizar su calidad y adecuada prestación como una actividad organizada desde la empresa municipal de Turismo. En todo momento el promotor fue el Ayuntamiento. Sin embargo, en esta Navidad estos servicios se han autorizado “a dedo”, (mucho nos tememos que tras una llamada telefónica previa) pues un promotor, empresario de Jaén, presentó el 20 de octubre en el Ayuntamiento una solicitud de autorización demanial para organizar, curiosamente, lo mismo que quería el alcalde Mazarías, un “maravilloso” Paseo de la Navidad (con mercadillo incluído) en el Paseo del Salón.

En esta petición de uso demanial (del suelo público) formulada por el empresario andaluz se incluyen 25 casetas en el Salón, el trenecito y la pista de hielo en la Plaza Mayor, ante lo que se emiten los correspondientes informes técnicos (cultura, residuos, parques y jardines, alumbrado, policía y bomberos, entre otros). Con posterioridad, el 10 de noviembre, se presenta una segunda petición a mayores para ocupación de vía pública de dos casetas “en la Plaza de San Martín” (sin especificar nada más) y la ampliación en el Salón de dos casetas más (que pasarían de 25 a 27). Sobre esta segunda petición tan solo existe una referencia por parte de Cultura, en un informe del 20 de noviembre, donde se mencionan que son finalmente 27 casetas en el Paseo del Salón y dos más en San Martín con unas dimensiones de tres por dos metros. No obra en el expediente ningún informe de los servicios técnicos sobre esta segunda petición y tan solo existe un certificado del montaje de la churrería por un profesional externo al Ayuntamiento.

Con independencia de que el promotor no abona tasa alguna por ocupación de vía pública en ninguno de los casos, finalmente se instala la churrería sin autorización expresa ni bajo ninguna condición por parte del Ayuntamiento. Es decir, ningún técnico municipal supervisa la instalación y, en consecuencia, nada impide a la churrería hacer acopio de bombonas, material combustible y otros enseres, funcionar con un generador con ruido excesivo, o hacer uso de una salida de humos que afecta a la iglesia de San Martín. Como hemos dicho, tampoco existen informes de Policía Local y Bomberos ante una instalación pegada a la iglesia y en una arteria de las más transitadas de la ciudad, más si cabe en periodo navideño.

El decreto de Alcaldía, del 22 de noviembre, hace referencia en la parte expositivo al conjunto de actividades solicitadas por el promotor: 27 casetas y dos atracciones en el Paseo del Salón, 2 casetas en San Martín, la pista de patinaje en la Plaza Mayor y el tren de la Navidad.

En ningún momento se cita que una de las casetas propuestas por el promotor en San Martín corresponda a una churrería.

Es más, en la parte resolutiva del decreto no se menciona esta ocupación de la calle Real, de tal manera que tanto la churrería como la caseta de vino caliente fueron instaladas sin autorización expresa o, si se quiere, habrían funcionado en un limbo legal, sin permiso específico, sin control ni inspección municipal y sin que el promotor haya pagado un solo euro por ocupación de vía pública, como tampoco en el resto de casetas del Paseo del Salón.

A nuestro juicio, si el promotor presenta una segunda solicitud con dos casetas en la Calle Real o “plaza de San Martín” (en realidad sería de Medina del Campo) es, simplemente, por una cuestión de rédito económico, ya que ya intuía, como así fue, que el mercado navideño en el Salón iba a ser un fracaso. Lamentable resulta que en la primera solicitud la churrería figurase en el Paseo del Salón, algo que, como hemos visto, no sucedió.

No hay respuesta municipal ni informes de los diferentes servicios municipales sobre la solicitud de instalación de casetas en la Calle Real. Es decir, la churrería y el puesto de vino caliente han estado colocadas durante más de un mes ajenas a los filtros de los técnicos municipales, a diferencia del resto de instalaciones de la Navidad que sí fueron supervisadas por el Ayuntamiento. A la luz del incidente ocurrido la tarde del 2 de enero, con dos trabajadores heridos y atendidos en el Hospital, esta circunstancia supone un hecho especialmente grave y llamativo.

Al funcionar sin ningún control municipal, ¿qué hubiese ocurrido si la explosión hubiera sido si cabe aún más grave? ¿Quién hubiera asumido las responsabilidades? ¿Por qué se miró para otro lado y se dejó instalar la churrería sin ningún tipo de inspección o supervisión municipal?

El empresario de Jaén organiza justamente lo que quiere el alcalde y, de esta manera, ha disfrutado de ‘carta blanca’: no paga la tasa de ocupación de vía pública, opera sin condiciones ni supervisión municipal e instala una churrería en el lugar donde más tránsito peatonal va a tener y, por tanto, más negocio, dejando a los comerciantes locales en el Salón, donde, como ya sabemos, sufrieron robos y actos vandálicos.

Si el incidente de la churrería se gestiona como un “accidente laboral”, cabe preguntarse por las responsabilidades que tiene el Ayuntamiento al haberse producido en una caseta que no tenía autorización para instalarse en ese lugar. En teoría, la inspección de Trabajo de la Junta de Castilla y León tiene que estar investigando este episodio que ha provocado dos heridos. ¿Qué hará la jefa del servicio territorial de Trabajo en relación al procedimiento de investigación del incidente que se produjo en la churrería navideña? Recordemos que ella es también la concejala de Seguridad, Raquel Alonso, la misma que, como responsable de Policía Local y Bomberos, no ha informado sobre la colocación de la churrería en plena Calle Real.

La falta de organización, la gran improvisación y la ausencia de supervisión de la empresa autorizada ha puesto en peligro la seguridad ciudadana. Sin embargo, Mazarías y su equipo de Gobierno están intentando tapar lo sucedido y restarlo importancia. El concejal de Urbanismo, Alejandro González-Salamanca, seguía defendiendo en comisión de Urbanismo que había sido un incidente menor y que solo había sido escandaloso por la presencia de humo; mientras que la portavoz del PP, Rosalía Serrano, abroncó a los periodistas acusándoles de magnificar lo ocurrido, calificándolo de un simple “accidente laboral”.

Si ya la dotación del mercado navideño, el tren y la pista de hielo (por cierto, de unas dimensiones muy reducidas y que ha tenido un uso muy escaso) fue asignada a “dedo”, ofreciendo un resultado tan lamentable, no menos escandaloso han sido los gastos asociados al “maravilloso” Paseo de Navidad que se han abonado por convalidación de facturas. Es decir, han sido servicios para los que no había contrato previo, que han sido asignados a dedo a las empresas y por un importe superior a los 58.000 euros.

Si bien ha habido gastos menores, como material de ferretería o carteles, entre otros, llama la atención la convalidación de dos facturas, que suman un importe cercano a los 21.000 euros a una misma empresa para la colocación de la iluminación y sonido ambiental del mercado navideño. Este importe supera con creces el máximo fijado para los contratos menores en la ley de Contratos del Sector Público que, recordemos, es de 15.000 euros más IVA.

Prueba de esta práctica no sujeta a la Ley de Contratos la última junta de Gobierno, del pasado 8 de febrero, aprobó una circular de la Intervención Municipal en la que señalaba que las facturas que deriven de contratos menores no tramitados debidamente serán objeto de reparo suspensivo en fase de reconocimiento de la obligación. Este reparo solo se podrá levantar (concurrir a ese gasto) si se elabora una memoria justificativa de su necesidad y siempre a través de un decreto de Alcaldía

¿Por qué el Ayuntamiento ha tenido que afrontar todos estos gastos? El promotor puso las condiciones y el alcalde Mazarías ha cedido, incluso saltándose los informes de los técnicos municipales, que apuntaban que la instalación y consumo eléctrico o la contratación de la seguridad privada debían correr a cargo del organizador, en este caso, el solicitante del montaje del mercado navideño. Sin embargo, por el capricho del alcalde Mazarías el promotor no ha incurrido en ningún gasto, más allá de los asociados a su propia actividad económica. Todo lo demás lo han pagado los segovianos, que no han recibido beneficio alguno y sí han tenido que sufrir un Paseo que lejos de ser maravilloso ha sido “de los horrores”.

Por desgracia, el PP ya nos tiene acostumbrados a este procedimiento poco ortodoxo, contratando de forma improvisada, muchas veces por capricho. La Navidad ha sido un ejemplo, pero también otros como el cartel de San Frutos o el de estos Carnavales, con artistas contratados a dedo y sin un concurso objetivo de por medio.

La Navidad ha sido el primer evento que organizaba la concejala Milagros Escobar. Ha dado muestras de incompetencia e irresponsabilidad, más allá de la “dedocracia” para autorizar un mercado de la Navidad en el Paseo del Salón que era fruto del capricho, uno más, del alcalde Mazarías, que en esta ocasión pudo salir muy caro a los segovianos porque ha quedado evidenciada la falta de seguridad en uno los momentos de mayor tránsito por la calle Real.

El fracaso no ha sido fruto del infortunio. No hay excusas, deben dar explicaciones, asumir su responsabilidad y reconocer sus errores y errática gestión para impedir que vuelve a repetirse este despropósito que roza la ilegalidad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *