Ginés Marín lanceó de salida sin apreturas. El toro llegó aplomado al último tercio, donde el diestro no pudo ligar los muletazos en una labor muy voluntariosa. Acabó entre los pitones con el toro completamente parado. Muy deslucido y poco agradecido fue el tercero, de embestida anodina, dentro de una faena de muletazos bien descritos, faltos de ese qué necesario para llegar a los tendidos. No lo tenía dentro el toro. Mató de estocada corta.
El sexto se comportó como un manso sin fijeza. Ginés Marín se dobló por bajo de salida. El toro desarrolló un molesto gazapeo con viajes descompuestos y sin ritmo alguno. A base de ir pasándolo, consiguió Ginés Marín muletazos sobre la diestra, ganando y perdiendo el paso. Siempre provocando la embestida. Muy serio. Por el izquierdo fue muy complicado. Mató de una estocada.