Ángel Velasco “ Lin” era el encargado, cómo capitán del Real Betis Futsal, levantar la Copa de S.M. El Rey, tras imponerse al Jimbee Cartagena, un nuevo título en el amplio palmarés del segoviano.
Real Betis Futsal se proclamó campeón de la Copa de S.M. El Rey. El equipo verdiblanco se impuso por un marcador de cinco a tres goles en la tanda de penaltis al Jimbee Cartagena tras haber empatado a tres durante el tiempo reglamentario. De esta forma, el equipo dirigido por Ramón Martínez se alza con su primer título nacional y lo hace una semana después de haber consumado el descenso a Segunda División. Con la consecución de la Copa del Rey, el Real Betis Futsal obtiene su pase para la Supercopa de España del próximo curso.
Salió avisando de sus intenciones el equipo anfitrión. Piqueras enviaba un balón cruzado que no encontraría rematador en el uno de juego. Respondía acto seguido Jimbee, con un disparo acrobático de Lucão que Molina taparía bien. El conjunto cartagenero quería mantener el balón y marcar el ritmo de partido. A punto estuvo Bebe de hacer el primero con su zurda, pero su tiro se marcharía desviado en el cuatro. Dos minutos después, lo intentaría Javi Mínguez de disparo lejano. Llegaría el gol en el siete, con un centro al segundo palo que Pablo mandaría a la madera pero, que tras unos rebotes, se colaría al fondo de la red (0-1).
Gozaba de más oportunidades Jimbee. Bonita jugada colectiva que terminaría Saura en posición muy forzada. También el unionense protagonizó la siguiente acción, cuando la mandaba rozando el palo tras un robo de Dario.
En el ecuador de la primera mitad, Motta se marchaba en banda y subía el segundo al marcador con un potente zurdazo (0-2). Reaccionaba el conjunto bético a través de Rafa López, pero tapó bien Lucão para frustrar la ocasión. Se animó también Chemi en probar puntería, pero la defensa bética repelía el esférico.
Tras esto, lograban los de Ramón Martínez ganar metros, pero los cartageneros se mostraban firmes en defensa. En el 14, los béticos pedían VIR por posible penalti de Pablo Ramírez sobre Carrasco. Los colegiados, tras la revisión, pitaron la pena máxima. Piqueras no desaprovechó la ocasión e inauguró el casillero local (1-2) a cinco del descanso. No bajaron los brazos los de la Trimilenaria. Javi Mínguez tuvo un uno contra uno con Molina que el meta despejó en dos tiempos. Se lució también el meta blanquiverde ante el disparo de Mellado. Pudo subir el tercero Lucão finalizando una jugada de pizarra, pero la primera mitad concluiría con una ventaja mínima de los de Duda.
La segunda parte se reanudaría con una buena acción también del brasileño. El doce del Jimbee enviaría el balón alto. También tuvo un uno contra uno con Molina, pero cruzaba en exceso el disparo. En el 24, Piqueras subía el empate al marcador tras transformar una falta peligrosa al borde del área (2-2). Parecía hacerse fuerte el conjunto andaluz, que conseguía dar la vuelta al marcador cuatro minutos después con un taconazo de Carrasco (3-2).
No conseguía tejer bien el Jimbee jugadas de peligro, pese a los intentos de Lucão. Tuvo que salvar Chemi el cuarto tras un robo en primera línea del cuadro bético. Restaban siete para el final. Topó en el poste el balón de córner de Tomaz tras un rechace. Se sucedían las ocasiones en ambas áreas. Un buen pie del meta mazarronero mantenía al equipo en el partido.
Optó Duda entonces por el juego de cinco a cinco del final. Lanzaba Javi Mínguez y repelía Molina. También el larguero en una segunda acción del madrileño con la zurda. Pero en el treinta y ocho sí quiso entrar. Darío volvía a poner en tablas el encuentro (3-3) dando así fruto la estrategia de cinco. A un minuto del final, pudo Lucão deshacer el empate, pero estuvo muy acertado Molina para forzar la prórroga.
Entraba Jimbee en bonus, cometiendo su quinta falta a mitad de la primera prórroga. Los cartageneros iban a tumba abierta a por el partido. Se enfundaba de nuevo Motta la elástica de quinto hombre. Su latigazo se marchaba cruzado por poco. Real Betis respondía con la misma estrategia. Pero la primera prórroga no conseguiría mover el marcador. Presionaba muy arriba el conjunto bético, y entorpecía la subida de Jimbee. Aún así, Jesús sacaría un disparo que despejaría Molina.
Sería Darío en estos últimos minutos quien llevara la casaca de portero jugador y quien, a diecisiete segundos del final, estampara el esférico en el larguero. La Copa iba a morir en los penaltis. La lotería cayó del lado verdiblanco, que no falló ninguno de sus lanzamientos.