Otra vez, el segundo sábado del mes de junio, se celebraba en Zarautz la fiesta de la comarca, y del triatlón. Este Triatlón, que cada año se ha ido superando en crecimiento e importancia, llegando al punto en el que para poder correrlo se tiene que pagar una preinscripción (5€ a fondo «perdido»), y tener mucha suerte que te toque uno de los dorsales para competir, ya que la gran mayoría se queda sin poder hacerlo. Lo que para los triatletas segovianos les podía parecer otro «robo» de este boom en las competiciones deportivas, nada más aterrizar en el pueblo comprobaron de primera mano, que no era así. Todo este dinero se invierte en los triatletas, y lo más importante, es la gente del pueblo de Zarautz y sus alrededores que convierten la prueba en especial. Más de 400 voluntarios y cada uno de los habitantes de la zona, ofrecen ayuda, ánimos, o todo lo que esté en su mano en todo momento a todos los corredores. Sin importar el nivel, todos son tratados como «Pros» o incluso «Héroes» por realizar su bonita y dura prueba.
El Club Triatlón Segovia IMD se desplazó allí con 3 triatletas que fueron afortunados en el sorteo de dorsales. Y los tres con diferentes circunstancias terminaron la dura prueba. El primero en llegar en el puesto 186 (4h52’58») fue Israel Tapias, resultado muy valorado por él, ya que estos últimos años se ha dedicado a competir en carreras de bicicleta, y la natación y la carrera apenas las había podido entrenar. Pero para un experimentado triatleta como él: «Poder competir en Zarautz no se puede desaprovechar». El siguiente en llegar fue Abraham Tapias en el puesto 212 (4h57’03»), más que satisfecho por sentirse muy competitivo en toda la prueba, un objetivo que había entrenado concienzudamente, llegando a ir a falta de apenas 10 Kms de finalizar la bici en el puesto 78. En ese momento, una avería mecánica, le truncó un buen resultado, rompiendo el cambio, pero pudo experimentar más aún el fondo de por qué es tan especial la prueba, viendo como unos voluntarios y lugareños con paraguas a modo de palanca, y las herramientas que fueron a buscar a sus casas, consiguieron soltar la cadena y después anular el desviador para poder terminar en plato pequeño los últimos kilómetros. Hasta más de 28′ se fue la parada en la que no desistieron los voluntarios, haciendo todo lo posible para que el triatleta pudiera terminar su prueba y además se marcara el 27 mejor parcial en la carrera a pie. Y el siguiente triatleta, Enrique Gonzalo, también consiguió terminar este durísimo triatlón en el puesto 469 (5h43’13»), muy satisfecho.
Como todo el mundo dice, si eres triatleta tienes que correr alguna vez el Triatlón de Zarautz. Poder sentir, como si del Tour de Francia se tratara la subida del Muro de San Blas (subida del 20% desnivel) mientras se va abriendo la gente y grita el apellido de cada triatleta, y les empujan del sillin para ayudarles a que no echen pie a tierra por las duras rampas, y terminar corriendo por un pueblo con una algarabía continua de ánimos, cencerros, música, tambores y atestado de gente volcada completamente en hacer sentir especial a cada triatleta. Para demostrar que esa, su fiesta, es la mejor, y aunque se sufre, se disfruta a partes iguales. La carrera la ganaron Antonio Benito y Elena Alberdi (3° tras la belga Hanne de Vet y la neozelandesa Sonia Bracegirdle) de este modo pueden presumir de ser los mejores de España en esta distancia. Aunque no sea campeonato de España todos los triatletas lo saben.