La piel muy fina ante determinadas supuestas ofensas…

¡Hay que ver lo que nos gusta una polémica! Y si en ella se conjugan la religión y el colectivo LGTBIQ+, ya para qué queremos más.

Las redes sociales fueron un hervidero durante la Ceremonia Inaugural de los Juegos Olímpicos de París y la ebullición saltó de las redes a otros foros con múltiples corazones ultrajados vociferantes ante lo que consideran una burla y una falta de respeto.

Como bien sabrá usted, querido lector, me estoy refiriendo a ese momento de la ceremonia en el que un actor interpretaba al dios griego Dioniso, se acercó a una mesa ocupada por otros artistas en una simulación de la Última Cena que, para la organización quiso ser una muestra de inclusión, respeto y diversidad y para la ultraderecha y algunas organizaciones religiosas ha sido una falta de respeto y un insulto.

La organización de los Juegos ha sido clara en un comunicado posterior pidiendo disculpas si alguien ha podido sentirse ofendido, y señalando que “claramente, nunca hubo la intención de faltarle el respeto a ningún grupo religioso. (La ceremonia de apertura) intentó celebrar la tolerancia comunitaria”.

Pero de nada ha servido porque los extremistas continúan rasgándose las vestiduras y hasta, fíjese usted qué cosas, este lunes un grupo de personas organizó un acto de reparación en la iglesia de San Juan de la localidad de Alzira: un encuentro de oración para «aliviar el dolor que siente el Señor y María Santísima».

Yo, que soy para muchos un bicho raro porque soy progresista, gay y cristiano, y no escondo mi Fe, no entiendo, de verdad, tanto revuelo.

Yo no me he sentido ofendido por lo acaecido en la Ceremonia de los Juegos Olímpicos y creo que la organización ha dejado clara la intención que se perseguía con esa interpretación. Y sí, puedo entender que haya a quienes no les haya gustado, pero de ahí, a esas soflamas de afiladas lenguas cercanas a la ultraderecha y a grupos católicos radicales, va un abismo.

Un par de días antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos conocíamos que los Jesuitas de Cataluña reconocían 145 casos de abusos sexuales cometidos en sus centros educativos por 44 abusadores (29 religiosos jesuitas y 15 laicos). Y daban un paso más: reconocen una clara omisión del derecho de ayuda.

Cito esta noticia por ser la última que hemos conocido. No he leído que nadie se rasgue las vestiduras; no he leído a los ultramontanos decir que es un insulto; no he visto convocatorias de actos de oración y reparación para «aliviar el dolor que siente el Señor y María Santísima». Porque, digo yo, que al Señor y a su Madre les dolerá también profundamente que se haya abusado de menores.

Por supuesto que pido respeto religioso. Por supuesto que pido respeto a poder expresar públicamente mi Fe. Por supuesto que pido también respeto para poder amar a quien yo quiera. Pero pido también una mínima coherencia. No me vale tener la piel tan fina para algunas cosas y tener la cara tan dura para otras.

Que ya lo dice San Mateo, en el capítulo 7, por si alguien no lo encuentra: “¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo?. Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano”.

Y es que de hipocresía andan sobrados algunos…y lgtbifobia, ni te cuento…

#YoYMisCosas

Rubén García de Andrés 

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