Este lunes 12 de agosto nos despachábamos con el anuncio del PP sobre la intención de Feijóo de convocar una reunión de presidentes autonómicos de su partido porque estamos ante una “urgencia nacional”.
Al enterarme imaginé a don Alberto llamando a sus leales presidentes a una reunión inmediata, antes de la fiesta de la Asunción de Nuestra Señora. Pero parece ser que la “urgencia nacional” no es para tanto, y que el cónclave azul puede esperar a que pase este agosto tan caluroso. Vamos, que la urgencia no justifica una reunión en Génova, según están las temperaturas en la capital de España.
Fuegos artificiales en una emisora amiga buscando el titular contundente/alarmista/demagógico y la viralización de su (nada novedoso y ya cansino) mensaje. Este humilde opinador también ha caído en esa trampa (yo conscientemente) y aquí me tienen ustedes hablando de la supuesta “urgencia nacional-urgencia post agosto-ya si acaso para septiembre”.
Vamos, a ver, don Alberto. Que no digo yo que lo que vivimos el otro día con Puigdemont en Barcelona no sea de traca. Pero que lo digan ustedes, cuando fue a ustedes, a su partido, a su amigo M. Rajoy, a quienes se les escapó el susodicho en un maletero…pues tiene su guasa, o su retranca gallega, o más que de traca es de mascletá (de esas a las que ahora todo edil popular que se precie se apunta a llevar a sus dominios).
Que Salvador Illa es el mejor presidente que hoy en día, en el contexto actual, puede tener Cataluña, lo saben en el PP y hasta en la Conchinchina. Y es lógico que después de escuchar sus intervenciones en el debate de investidura, y de ver el sólido Govern que ha conformado, en el Partido Popular anden de urgencia en urgencia.
Serenidad y altura de miras sería mucho pedir, pero es que don Alberto y los suyos dicen cada cosa, que, al menos, sí les pediría que sus aseveraciones fueran un poquito más próximas a la realidad.
Porque decir, textualmente, “que se está derogando el Estado de Bienestar y la Constitución” es de una gravedad intolerable en alguien que dirige el principal partido de la oposición y que no es presidente de España porque no quiere.
Porque decir que “estamos peor que antes del procés” es, simplemente, faltar a la verdad. Y sustentar esa afirmación argumentando que “antes los independentistas gobernaban en Cataluña y ahora también lo hacen en España”, vuelve a ser de traca o de mascletá, como ustedes quieran.
¡Ay qué tiempos aquellos en los que la altura de miras patriótica del señor Aznar le llevó a permitir que Cataluña llegara a gestionar el 30% del IRPF y el 100% de Patrimonio, Sucesiones y Juego! ¡Ay qué tiempos aquellos (2016) cuando don Alberto se mostró dispuesto y a favor de estudiar un “concierto catalán”!
En fin, don Alberto, que la necesidad o falta apremiante de lo que es menester para algún negocio (así define urgencia la RAE), no le amargue su descanso vacacional y ya, si eso, en septiembre, atienda la urgencia.
Descanse, que yo sigo aquí, con mis cosas.