No puedo ni quiero iniciar este #YoYMisCosas sin enviar un abrazo infinito a todos los afectados por las devastadoras consecuencias de la DANA. Un abrazo lleno de cariño a los familiares de los fallecidos, a quienes lo han perdido todo, pero también a quienes están dejándose la piel para ayudar a los damnificados y para que la zona recobre la normalidad lo antes posible. A todos sin excepción.
Y de levante, regreso a nuestra querida Castilla, concretamente a Burgos, para trasladarle, amigo lector, mi opinión ante la vergonzosa e indigna decisión de la alcaldesa de Burgos de dejar fuera de las ayudas municipales a tres organizaciones, Burgos Acoge, Accem y Atalaya Intercultural, que trabajan con migrantes.
Esta vergonzosa y vergonzante decisión ha venido azuzada por el partido verde de ultraderecha y el PP ha tragado. El sometimiento del PP a la ultraderecha, mires por donde mires, sigue dando vergüenza ajena y es peligroso, muy peligroso. El discurso de odio, racista, lgtbifóbico y machista del partido de ultraderecha tiene un perfecto altavoz y consentidor en el Partido Popular. Una indecencia.
Frente a ello, se atisba un halo de dignidad y decencia en el anuncio de Cáritas Burgos de renunciar a la ayuda anual del Ayuntamiento si la alcaldesa no reconsidera su vergonzosa concesión a la ultraderecha.
Es un atisbo de esperanza que una organización como Cáritas, directamente ligada a la Iglesia, haya dado este puñetazo en la mesa.
Porque la concesión del PP en Burgos a la ultraderecha no es (solo) cuestión de dinero. Es algo más, mucho más. Es una concesión a un discurso racista porque el partido de ultraderecha en el Ayuntamiento de Burgos ha señalado con el dedo acusador a estas asociaciones diciendo que «colaboran» con la «inmigración ilegal» y con el «efecto llamada».
Vamos, que el denodado trabajo de estas tres organizaciones burgalesas supone un reclamo para quienes dejan todo en su país en busca de un futuro mejor. Al otro lado del estrecho hay un puesto expendedor de información sobre la actividad de estas tres organizaciones que incita directamente a las PERSONAS migrantes a ir a Burgos. Sería para hartarse a reír por semejante ocurrencia si no fuera porque estamos hablando de seres humanos a quienes estas asociaciones ayudan con sus recursos limitados y con la impagable labor de sus profesionales y voluntarios.
Pero no menos indignante es la justificación del PP: que oye, que no nos gusta, que no estamos de acuerdo, pero que tragamos porque es condición sine qua non para que VOX nos apruebe el presupuesto municipal para 2025.
Estas indecentes políticas de la ultraderecha aparecen por doquier. Y donde no gobiernan y hacen propuestas (no siempre ocurre porque en algunas instituciones donde están presentes como oposición no trabajan ni para leerse lo que votan), éstas son absolutamente vergonzosas. Lo que pasa es que muchas no se conocen ni tienen relevancia mediática.
Por suerte, esta canallada sí ha trascendido. Por suerte, Cáritas Burgos ha puesto en pie en pared ante la ultraderecha. Como estoy seguro que lo hará la inmensa mayoría de la sociedad burgalesa este miércoles 13 de noviembre en una concentración convocada en la Plaza Mayor bajo el lema “Burgos por la Convivencia”.
Porque la decisión del PP y la ultraderecha trasciende lo económico. Esto va de personas, de solidaridad, de respeto y convivencia; cualidades poco presentes en la ultraderecha. El PP está a tiempo de recapacitar. En Burgos y en otros sitios. De recapacitar y de evitar daños mayores porque resarcir los que ya ha provocado…
Yo me uno a #BurgosPorLaConvivencia ¿Y usted, amigo lector?
Rubén García de Andrés
Yo tb me uno!!!