Los productores de porcino analizan los retos a los que se enfrentan y buscan sinergias entre distintos sectores

La localidad de Aranda de Duero acogió el 17 de diciembre las I Jornadas de Productores del Sector Porcino, un encuentro clave organizado por FEPORCYL que reunió a productores, representantes y ganaderos de Castilla y León para analizar su situación actual, los desafíos futuros y los problemas de convivencia con otras industrias estratégicas, como la vitivinícola. Entre ellos participaron Raquel Conde y Miguel Antona, representando a APORSE, la asociación de productores de porcino de Segovia. También estuvo Óscar García de la empresa Eve Consulting quien dio una conferencia sobre el Relevo Generacional en el sector Porcino.

La jornada comenzó con la Asamblea General de FEPORCYL, donde se abordaron cuestiones internas de la asociación, como la aprobación de cuentas y los logros alcanzados a lo largo de 2024. Entre los avances destacados se resaltó la creciente especialización y formación del sector porcino en todos los niveles, un factor clave para mejorar la competitividad y sostenibilidad de esta industria. Al mismo tiempo, se expusieron los principales retos para 2025, con especial atención a la convivencia entre el sector porcino y otras actividades productivas de la región.

Uno de los temas que centró gran parte del debate fue la relación entre el sector porcino y el sector vitivinícola en la Ribera del Duero, dos industrias imprescindibles para la economía local que, sin embargo, se enfrentan a conflictos que requieren una pronta resolución. Durante su intervención, Miguel Ángel Ortiz, presidente de FEPORCYL, tendió la mano al diálogo y al entendimiento entre ambos sectores, subrayando la necesidad de apostar por soluciones constructivas que beneficien a la región en su conjunto. Ortiz enfatizó que ambos sectores han convivido históricamente y que es necesario potenciar las sinergias y puntos en común que permitan un desarrollo equilibrado y sostenible. En este sentido, Ortiz no dudó en señalar que las tensiones actuales se deben a un proyecto particular de Yolanda García que está enfrentando a ganaderos y bodegueros a un conflicto irracional. Según explicó, esta postura no solo agrava la situación, sino que perjudica al conjunto de los viticultores de Castilla y León, cuyos intereses reales están alineados con los del sector porcino que siempre han tenido una estrategia conjunta basada en el bien común. Para hacer frente a esta problemática, desde FEPORCYL se planteó la necesidad de contar con una representación regional y nacional sólida que defienda al sector porcino frente a los ataques injustificados que ha recibido en los últimos años.

Otro de los temas relevantes tratados durante la jornada fueron las recientes  propuestas no de ley emitidas por VOX y PSOE, en la que se planten posibles restricciones a la instalación de granjas porcinas en la zona de la Ribera del Duero, extensible al resto de la Comunidad. Desde FEPORCYL se manifestó un rechazo rotundo a esta postura, defendiendo la importancia del sector porcino como motor económico, generador de empleo y pieza clave para el desarrollo del medio rural. Y se vuelva a retomar la postura inicial ya que este sector se siente traicionado, no se busca ninguna batalla, sino el diálogo y el consenso y estar unidos ante los nuevos retos fuera de nuestras fronteras.

La ganadería porcina ha demostrado su capacidad para adaptarse a las exigencias medioambientales y sociales, apostando por la modernización y sostenibilidad de sus instalaciones. Por ello, consideran injustas y desproporcionadas las críticas y medidas restrictivas que podrían poner en riesgo el futuro de esta actividad, de vital importancia para la economía local y nacional.

Las I Jornadas de Productores del Sector Porcino finalizaron con un balance muy positivo, consolidando este encuentro como un espacio de diálogo, reflexión y trabajo conjunto con una asistencia de más 150 ganaderos. Desde FEPORCYL se destacó el compromiso del sector para afrontar los desafíos futuros con transparencia, responsabilidad  colaboración y dialogo.

El mensaje final fue claro: el desarrollo económico y social de la Ribera del Duero depende de la capacidad de sus industrias clave para convivir, dialogar y encontrar soluciones comunes. Tanto el sector porcino como el vitivinícola son pilares fundamentales para esta comunidad, y su cooperación será esencial para garantizar un futuro próspero y sostenible para todos.

 

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