Se acabó el efecto 2024, los tres partidos en casa disputados por la Gimnástica Segoviana en 2025 se han saldado con sendas derrotas, ya no hay excusas.
Ya no hay excusas con la larga lista de lesionados, incluso Sergi Molina empezó a entrar en convocatoria, ya no hay excusas con los sancionados en el plantel de la Segoviana, ya no hay excusas con más ausencias. Pero bien es cierto que llevamos seis partidos, con cinco derrotas y un empate, con un bagaje de diecinueve goles en contra, y cinco a favor que hace pensar que necesita urgentemente un cambio de rumbo. Incluso la zona del equipo que más alegrías estaba dando y estaba sosteniendo al equipo, como era la retaguardia, en defensa y la portería dieron claros síntomas de ansiedad, dudas e incluso en algunos momentos, nervios. Se nos fue el mejor defensa, aparte de goleador, su velocidad y presión arriba hacia que las jugadas del equipo rival llegaran a la zona defensiva con bastante más dificultades que las que se están presentando en la actualidad, y eso también se nota.
El pasado domingo, rápidamente se vio en el campo, un Osasuna B que quería ir a por el partido. En los primeros minutos gozaron de dos claras ocasiones de gol, y no pararon hasta encontrar ese gol, en el que un fallo defensivo volvió a poner a la Gimnástica por detrás del marcador.
A diferencia de otros partidos, lograron rápidamente el gol para empatar el marcador en un córner magníficamente servido por Fernando Llorente y cabeceado por Juan de la Mata, anticipándose a la defensa rival.
Pero eso no tranquilizo al equipo segoviano. Se le veía falto de ideas, un equipo muy directo en una batalla perdida con la defensa rival más física, previsibles en sus incorporaciones por banda derecha, muy fácilmente defendibles. Hasta que en otro fallo defensivo lograron volver adelantarse en el marcador. Nuevo jarro de agua fría para los de Ramsés.
Y no quedo aquí, en el alargue de la primera parte, en la salida del balón a escasos segundos de terminar, una imprecisión provoco un fallo que fue aprovechado por delantero Sixtus que fue una pesadilla para los segovianos, el 1-3 fue mucho castigo para el conjunto segoviano antes de irse al descanso.
La opción de habernos ido al descanso con un resultado más ajustado se antojaba necesaria, como era el 1-2, pero ese ímpetu, esa necesidad o ese nerviosismo hizo que la diferencia fuera más abultada, en una acción que podría haber sido evitada.
El comienzo de la segunda parte parecía ir por otros derroteros, en los primeros instantes pudo ponerse el 2-3 en el luminoso y no mucho más tarde en una jugada a balón parado servida por Fer Llorente, se estrenaba en el casillero poniendo el 2-3, Farrel.
Parecía que podía espolear al conjunto segoviano, pero poco tardaron en darles de bruces de nuevo con la misma realidad, el delantero osasunista Sixtus hizo pequeños a los defensas gimnásticos, después de la nueva estructura marcada por el cuerpo técnico, para dar la vuelta al partido, y poner el definitivo 2-4. Imposible de remontar para los segovianos que llevan los tres partidos en casa de 2025 sin conocer la victoria.
El cambio más celebrado del partido fue el de Sixtus por el alivio que dejaba a la defensa segoviana, se retiraba tras hacer un gran partido en el que casi el solo ganó al conjunto segoviano, y el público segoviano así se lo reconoció, despidiéndole entre aplausos.
Desde que empezó esta segunda vuelta, ya los equipos se conocen mucho más, y me cabe la duda de que pudieran haber hecho algo más sabiendo el potencial de este jugador arriba, que fue determinante en todas las ocasiones de gol. A parte se nota que Berlanga, de ser uno de los mejores de jugadores en el inicio de liga, ahora está más ensombrecido, no aparece, no entra en juego como debería e hizo a principio de temporada, y eso hace que las armas se hayan desvelado, y cueste sacar adelante los partidos.
Se necesita urgentemente un cambio de chip. Estas rachas pueden tener un fin de cualquier manera, hace falta remar todos en la misma dirección desde cuerpo técnico, jugadores y hasta afición, que al final del partido y en algunas fases del mismo increparon a algunos jugadores, algo que no se había visto en La Albuera en toda la temporada.