El Palacio de Enrique IV

Siendo Consejera de Cultura y Turismo, en el año 2002, aparece la noticia de que el Palacio de Enrique IV había sido vendido a un particular, después de abocarlo a la ruina por parte de la propiedad, sale la noticia de que se van a construir viviendas de lujo en este Bien de Interés Cultural, y parte muy importante del patrimonio histórico que atesora Segovia, como ciudad patrimonio de la humanidad.

Pedí a mi equipo que recabara toda la información sobre los hechos acerca de los cuales informaban los medios de comunicación, estábamos ante un edificio histórico que además estaba a escasos metros de la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Segovia. Me parecía un insulto a la más elemental inteligencia y responsabilidad como Administración lo que estábamos leyendo y escuchando.

Un bien cuya protección al estar declarado de interés cultural nos correspondía a la Consejería de Cultura, como organismo tutelante del cuidado y preservación del patrimonio histórico de nuestra Comunidad, y en este caso insisto, con más importancia si cabe por estar en una ciudad protegida por la declaración de la UNESCO.

Una vez que conocí los datos, nos dimos cuenta que la venta del edificio había vulnerado la LEY, cuando se vende un bien de interés cultural, al primero que se debe de ofrecer la posibilidad de comprarlo es a la Administración, en este caso a la Junta de Castilla y León. No nos lo habían ofrecido, por lo tanto, se había incumplido el mandato legal.

No estaba dispuesta a permitir que un bien del patrimonio que debía de estar al servicio de todos los ciudadanos se convirtiera en un edificio de viviendas de lujo privado.

Pedí al equipo jurídico de la Consejería que analizara la situación, y me diera una solución para obtener la titularidad del edificio ya que era a nosotros a quienes nos correspondía cuidar este edificio, y asegurarnos de que no era desmantelado con toda la riqueza histórica que albergaba.

Solo había una solución si decidíamos mantener la protección del edificio, iniciar la expropiación del mismo a quien había adquirido la propiedad, y que ya había tramitado el proyecto de edificación de viviendas de lujo, que además había sido aprobado por el Ayuntamiento de Segovia.

Tomé la decisión de seguir adelante e iniciar el procedimiento de expropiación, a pesar de la complejidad que entrañaba, pero no estaba dispuesta a consentir que se hurtara a los segovianos un bien de su patrimonio histórico para que lo poseyeran un puñado de privilegiados que se podrían comprar ahí su vivienda.

Conseguimos culminar la expropiación y el edificio paso a ser titularidad de la Junta de Castilla y León. Contiene restos de arte mudéjar en su interior y toda la estructura se mantiene para poder ponerlo a disposición de la visita y disfrute de los ciudadanos, de los segovianos.

Después de este ingente trabajo que supuso el proceso de expropiación, en el que mi equipo se tuvo que implicar a fondo, el objetivo era restaurar el edificio y ponerlo a disposición de los segovianos, que se convirtiera en un edifico de uso público, que podría tener cualquier tipo de contenido cultural, desde sala de exposiciones a cualquier otro de contenido histórico.

Lamentablemente el edificio permanece cerrado desde que se finalizó la expropiación y se hicieron las primeras actuaciones de conservación de su interior en 2004.

Es realmente penoso que no se haya hecho nada, que no exista ningún proyecto de restauración de este edificio, que durante 21 años siga sin hacerse nada, estando en pleno casco histórico de la ciudad y con la cantidad de posibilidades de uso que se le podrían dar para que los segovianos lo pudieran disfrutar.

 

Silvia Clemente

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