Vivimos en un mundo globalizado en el que la difusión de mensajes está al alcance de cualquiera. Todos llevamos una cámara con capacidades 8k, Dolby surround y conexión 5G+ libre a toda la red mundial en el bolsillo, para hacer llegar de manera instantánea hasta el último rincón de la tierra, la tierna escena de un gatito disfrazado de capitán pirata o la angustia de una vecina a la que se le queman las croquetas.
Disponemos de sencillas aplicaciones para editar cualquier grabación y hacer pasar por reales las más disparatadas situaciones, sin que nos tiemble el pulso, es impresionante. Lo he probado y da miedo, le cuento, en una cierta web de acceso libre, de entre los cientos de ellas que existen, subí una foto mía y otra de Rania de Jordania y escribí literalmente: haz un vídeo de un minuto en el que las dos personas de las fotos se miren tiernamente y se besen en la boca. Le enseñé el resultado a mi mujer, que naturalmente se partió de risa. Pero ¿y si no hubiera sido yo el creador de la escena? ¿Y si, en lugar de Rania, hubieran usado una foto mía con la de alguna amiga? Al menos esa noche hubiera dormido en una pensión, antes de poder explicar lo sucedido.
Del otro lado, legiones de ingenuos auténticos o bots virtuales, se alimentan de reels falsos. Los difunden por el éter sin pensárselo dos veces, alimentando la fe de millares de crédulos en el terraplanismo, Godzilla, la conspiración de los acaudalados, la autoignición de los coches eléctricos, o la necesidad de suplementos alimenticios para mejorar la memoria o detener la caída del cabello.
Aquella carta del príncipe nigeriano que tantas personas recibieron en los años en que el teléfono era un aparato sin apellido, con un dial que había que girar para marcar los números dígito a dígito, se ha modernizado y adaptado a la perfección al actual ecosistema digital. Librarnos ahora de ella resulta tan difícil como mudar de piel.
Uno, que ya sólo peina las pocas canas que la inmisericorde alopecia va dejando en su cuero cabelludo, se siente abrumado por tal cantidad de imágenes y sonidos, hasta el punto de serle difícil distinguir la realidad de la ficción. Ya no soy capaz de distinguir los magacines de las tardes televisivas de los informativos que les siguen, no sé si en la radio me cuentan la verdad o sólo se hacen eco del último meme que el redactor de turno ha descubierto en la pantalla de su teléfono inteligente, mientras estaba sentado en el retrete.
Esta mañana, sin ir más lejos, escuchaba en la radio a una locutora relatar un sucedido en la capital de España. Al parecer una tubería de abastecimiento de agua había reventado, causando un considerable socavón. Ni corta ni perezosa la joven se dirigió micrófono en mano a un viandante, introduciendo la entrevista con estas palabras: “A la vuelta de la esquina nos encontramos con Félix, que está paseando a su perro. Él no está afectado por el corte de agua, pero nos cuenta lo que…”
“Es fundamental poner en valor la importancia en democracia de la información, sobre todo de un servicio público de interés general como es el servicio de información tanto autonómico como estatal”, Pedro Sánchez Ipse dixit. Esas palabras salieron de su boca, salvo desmentido de Óscar Puente, en una de sus últimas intervenciones, esa en la que nos animaba a volver a los balcones a aplaudir no sé qué cosa. Ocurrió apenas unos días después de que su partido se opusiera a suspender el pleno en el que las reglas del juego cambiarían para RTVE, haciéndola “más plural” por la vía de apuntar sólo a los socios, mientras en Valencia ya se contaban por decenas las víctimas de la DANA y el responsable autonómico almorzaba con cierta persona a la que al parecer pretendía poner al frente de RTVV.
Alcanzar la verdad se hace más difícil que para la bella durmiente fue llegar a su palacio atravesando el bosque de espinos con el que la malvada bruja lo rodeó, urge tomar distancia, no obsesionarse, volver al punto en que todo era más fácil, releer a los cásicos y para muestra un botón: “Ministros, allegados y confesores que son caminos sin verdad, son despeñaderos y sendas de laberinto que se continúan sin diferencia, en ceguedad y confusión; en estos tales ve Dios librada la perdición de los reyes y el azote de las monarquías. Espíritu de mentira en la boca del consejero, ruina del rey y del reino”, Francisco de Quevedo.
Pues eso.
Javier López-Escobar
Glosario
- 8k: estándar para resolución en cine digital y en gráficas de computadores cuyo nombre deriva de su resolución horizontal de aproximadamente 8000 píxeles.
- Dolby: Dolby Laboratories, Inc., es una compañía con sede en Estados Unidos especializada en el desarrollo de técnicas para mejorar la calidad de los sistemas de almacenamiento de audio.
- Surround: tecnología que permite escuchar sonido desde todos los lados.
- 5G+: evolución de la quinta generación de protocolos de redes móviles de transmisión de datos.
- Bot: programa informático que efectúa automáticamente tareas reiterativas mediante Internet a través de una cadena de comandos o funciones autónomas previas para asignar un rol establecido; y que posee capacidad de interacción, cambiando de estado para responder a un estímulo.
- Reel: herramienta propia de las redes sociales que permite a los usuarios crear videos cortos.
- Éter: esfera aparente que rodea a la Tierra.
- Godzilla: monstruo japonés ficticio, que ha protagonizado numerosas películas.
- DANA: depresión atmosférica aislada en niveles altos.
- Acaudalados: los que diga María Jesús Montero o Yolanda Díaz.
- Verdad: lo que diga Pedro Sánchez.