O el Partido Popular y su candidato a la alcaldía de Segovia, José Mazarías, ven con claridad que ganarán las próximas elecciones municipales o se conforman con seguir gobernando únicamente la Diputación Provincial de Segovia.
El pasado viernes se celebraba la Gala del Deporte segoviano, uno de esos eventos marcados en el calendario, una de las citas del deporte más importantes del año y ese día de celebración y homenaje a los que dignifican el deporte. Un día de encuentros, saludos y reunión en torno al deporte.
Fueron varios los que se preguntaba dónde estaba el candidato de los populares y el candidato estaba en Valencia, en la tierra de la paella y la fideuá, en la Intermunicipal del Partido Popular, esos eventos que hacen los partidos políticos para aplaudirse a sí mismos, hacerse selfies con los líderes y decir lo grandes y buenos que son. Cosas de la política.
Un tropezón, un error de cálculo del candidato popular, ausentarse de esta gala deportiva y también de sus asesores por no hacerle ver que primero las cosas de casa… Esto es Segovia, Segovia y más Segovia. Cuesta mucho ilusionar, y solo basta un segundo para desilusionar. El candidato desaprovechó una oportunidad de oro de acercarse a este colectivo. El deporte, y los deportistas también votan, no son ajenos a lo que ocurre en la ciudad, y no están los populares para perder tiempo. Desde Valencia no se conquistará el Ayuntamiento de Segovia.
Mazarías debería ir rompiendo ese cordón umbilical que le une al partido, siempre ha sido muy del aparato, algo que le hace cargar con una pesada mochila, que le va a lastrar para ganar las elecciones. Ser más independiente, volar por sí mismo, y acertar o equivocarse él mismo. Decía uno de los candidatos que un día se presentó a las elecciones municipales de Segovia, que, si hubiera repetido como candidato, sería el que dicidiria su campaña y no el partido. Un error que repiten y repiten los populares y que se refleja en los más de veinte años de no alcanzar el gobierno en el consistorio. Algo estarán haciendo mal, con alguna tecla se ve que no consiguen dar. Las elecciones municipales las gana la persona, no el partido, pero siguen empeñados en el error…, y ya van por el sexto candidato desde el año 1999.
Ya sabemos que Mazarías no cuenta con el Falcon de Pedro Sánchez, pero bien demostró Miguel Ángel de Vicente, presidente de la Diputación Provincial, que era posible estar en misa (Gala del Deporte segoviano el viernes) y repicando (Intermunicipal en Valencia el sábado). Feijóo no se habría enfadado ni tomado represalias por no ver a Mazarías en Valencia, pero sí que estará mirando con lupa los resultados que se consigan en Segovia, después de la maniobra de cambio de candidatos a cuatro meses de las elecciones. Desde Valencia no se ganan las elecciones y ni Feijoó, ni Mañueco, votarán a Mazarías. Las elecciones ya no se ganan desde la sede del partido, ni siquiera paseando por la Calle Real, la sociedad está anestesiada, pero es mucho más exigente, y la ciudad no acaba ni empieza en el barrio de San Millán. Primero el deporte segoviano y luego Feijóo.
Alberto Núñez Feijóo detesta a los pelotas, no es nada nuevo, en toda su etapa política ha evitado rodearse de personas que le dicen lo que quiere escuchar o le gustaría oír, una forma de entender la vida, de entender la vida pública. Pero Mazarías no ha conseguido hacer un equipo de campaña ganador, el candidato podrá serlo, pero el equipo una vez más refleja los complejos de los partidos políticos de ir colocando a los suyos, de tirar del fondo de armario e ir poniendo cada cuatro años a unos u otros, que casualmente siempre son los mismos, con el mismo resultado. Siguen atados a rodearse de personas que van con el carné de afiliado entre los dientes, de cortesanos, pelotas ya sean válidos o no.
No ha sido la semana más gloriosa de Mazarías desde que fuese proclamado candidato, porque antes de plantarse en tierras valencianas, difundían una nota y dos fotografías en la que vendían un encuentro con el “tejido asociativo”, una situación que pone en entredicho al equipo que rodea al candidato popular.
Ya dicen que una imagen vale más que mil palabras, frase que deben desconocer los que deberían ser cuidadosísimos de la imagen que proyecte el candidato, para cuidar su proyección, pero esas son cuestiones que parecen desconocer en el equipo de campaña de Mazarías. Un equipo que no cuida los detalles, el objetivo es tener una foto, soltar una nota y a por el siguiente. ¿En manos de quien está el candidato de los populares? Esto parece una cosa de aficionados.
Analicemos la primera imagen, en ella salen únicamente dos personas del “tejido asociativo” , frente a cuatro del Partido Popular. Sí que tiene que estar mal el tejido asociativo de Segovia para solo tener dos personas en esa reunión. Si alguien de su equipo hubiera sido fino, la instantánea se limitaría a cerrar el plano y que se viera únicamente al candidato y esas dos personas del “tejido asociativo”.
Pero si la primera imagen hace flaco favor a la candidatura popular, la segunda no mejora la situación. Una imagen con los protagonistas de la misma con miradas perdidas, cada uno mirando para un lado, como si fueran desconocidos que acaban de coincidir en un ascensor y que envían un mal mensaje a cualquiera que se fije en ella. ¿En manos de quien está el candidato de los populares?
Nadie, nadie que no sea un amateur de la comunicación daría el ok para difundir esas fotografías, ese mensaje porque poco ayuda al candidato dar esta imagen, poco va a ayudar el equipo de campaña que rodea a Mazarías a llegar al gobierno de la ciudad.
Necesitamos políticos que se dejen la vida, la piel, que se desvivan por y para la ciudad, y el que no esté dispuesto a pagar ese alto precio que den un paso al lado. Segovia lo merece, o lo que es peor, Segovia lo necesita.
Quedan 111 días para abrir las urnas, y el Partido Popular debería decidir si está a setas o a Rolex.