La Creazón

En medio del terremoto político que vivimos estos días, me va a permitir, amigo lector, que hoy comparta con usted algo menos flemático y vergonzante. No obstante, vaya por delante, que en el próximo #YoYMisCosas le daré a usted mi opinión en relación a las barbaridades a las que estamos asistiendo, en mi caso, atónito, avergonzado y asqueado.

Pero vamos al lío de hoy, porque el próximo día 21 de junio será “el sábado anterior a San Juan de junio” y ese día, según las Ordenanzas de 1734 que rigen el funcionamiento de la Cacera de San Medel, es el día de “La Creazón”, o “La Criazón”.

En esta jornada, los pueblos por los que discurre la Cacera de San Medel estamos convocados por dichas ordenanzas a participar en un acto comunitario de limpieza del caz que, antes de la construcción del embalse del Pirón, fue fundamental para el abastecimiento de agua a estas localidades.

En concreto, las Ordenanzas rezan así: “Otrosí consta que sean los peones que allí han de acudir de el lugar de Torrecaballeros 8 peones con el pastor. El lugar de la Aldehuela 10 peones con el pastor. El lugar de Santo Domingo siete peones con el pastor. El lugar de Basardilla 8 peones con el pastor. El lugar de Adrada de Pirón 7 peones con el pastor. El lugar de Brieva y Adradilla 10 peones con el pastor. El lugar de la Higuera 7 peones con el pastor. El lugar de Espirdo 11 peones con el pastor. El lugar de Tisneros 8 peones con el pastor. El lugar de Cabanillas 4 peones con el pastor. Y juntos todos en el sitio y cruces están junto al molino del Canton….por el Alcalde de la dicha Junta mande a sus criados hacer el registro de si han venido todos o no lo cual haya de ser a cosa de las once del día, se entiende de la mañana, pena a cada que faltase de sesenta y ocho maravedíes y si fuese el pastor, ciento treinta y seis. Y juntos todos por dicho alcalde y su escribano dividan y dispongan la gente en dos lienzos iguales …aderezando la cacera todo lo necesario para recoger todas las aguas que bajan del río Pirón, sin desperdiciar ninguna ni reservar”.

Básicamente, continuamos realizando esta labor tal cual se establece en este precioso texto, si bien, desde 1971, se rebajó a la mitad de peones por cada localidad, dado el descenso poblacional.

A las once de la mañana, nos reunimos en Las Cruces de la Junta, se cavan con azadones en la tierra los nombres de los pueblos, se reza un Padrenuestro y se divide a los asistentes en dos grupos, uno del tercio hacia arriba y otro de la presa hacia abajo, para confluir en el Molino del Romo.

Eso sí después de rezar y antes de limpiar, toca almorzar. Compartiendo viandas y conversación, pasamos un ratito hasta que nos ponemos manos a la obra.

Cierto es que las labores de limpieza no son, ni de lejos, tan intensas como la memoria de nuestros mayores nos ha legado. La Cacera ya no es imprescindible para que el agua llegue a nuestros pueblos y, por tanto, lamentablemente, la asistencia es escasa.

Pero es de vital importancia mantener viva esta tradición y sumar esfuerzos para que la Cacera de San Medel recobre su esplendor. Porque ante quienes abogan por eliminar concesiones y estrangular tradiciones, aún somos mayoría quienes apostamos, por lo contrario.

Gracias infinitas a quienes seguís manteniendo viva esta tradición en nuestros pueblos, en los pueblos de la Cacera de San Medel. Gracias infinitas a quienes lo hacéis acudiendo, azadón en mano, y a quienes con vuestro trabajo de investigación y puesta en valor contribuís también a mantener viva la Cacera.

¡Nos vemos este sábado!

Rubén García de Andrés

 

P.D: amigo lector, si usted se anima, véngase este sábado. Compartamos un chato de vino, un poco de jamón y queso, disfrutemos del maravilloso entorno de nuestra Sierra de Guadarrama, y pongamos nuestro granito de arena para mantener viva una parte de nosotros mismos.

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