Tras la friolera de quince temporadas formando parte de la familia del C.D. La Granja, Mario Zúñiga, segundo capitán e historia viva del club, decide a sus 35 años colgar las botas y despedirse del fútbol, que ha sido durante tantos años su vida, convertido en un hobby al que se ha entregado con una pasión y dedicación que, sin duda, despiertan admiración.
¿Ha costado mucho tomar la decisión de dejar el fútbol después de tantos años dedicado a ello?
No, por la temporada que hemos tenido. Mi situación familiar, me lo ha puesto más fácil. Cuando toca, toca. Siempre lo he dicho, que he tenido muchísima suerte, porque siempre he podido por el trabajo, en casa no he tenido ningún problema y, a parte de los quince años aquí en La Granja, he jugado al fútbol toda mi vida. Quitando mis lesiones, no he tenido estudios ni nada que me lo haya impedido y soy consciente de que he tenido bastante suerte. Ahora la situación es diferente porque tengo una familia y no tengo ya 25 años. Todo suma un poquito y hace que todo sea más fácil para tomar la decisión.
¿Ha dado muchas vueltas a la cabeza para decidirlo?
Si, muchas. Porque al final, aunque tú ves que es el final, siempre buscas el decir… si hago esto y no hago esto, puedo aguantar un año más. Si el equipo siguiera en Tercera, aún lo tendría más claro que si fuera a Preferente, porque ya tendría 36 años. En Tercera, aunque sigue habiendo mucha gente veterana aún, es verdad que cada vez hay más gente joven y el nivel de exigencia cada vez es mayor. Aunque haya gente que piensa que el nivel del grupo ha bajado, yo creo que no. El nivel del grupo es bastante alto, la clasificación está partida. Sí es verdad que hay equipos flojos, pero la parte de arriba está muy igualada. Aunque quieres aferrarte a algo, si ves que no hay nada más a lo que agarrarte tomas la decisión.
Da la impresión que se va con cierta amargura.
Siempre te queda la duda. Yo el verano pasado tuve las dudas de si era el momento de dejarlo, no es lo mismo dejarlo con un ascenso, que si ahora mismo lo dejamos con un descenso, pero bueno son cosas del fútbol. El que está en ello lo asume, puedes tener un año muy bueno y dejarlo en ese momento. Asumí un riesgo que me puede salir bien o mal, porque no es lo mismo dejarlo de una manera que de otra. La temporada ha tenido de todo, pero sí es verdad que no ha sido una temporada buena. No es amargura, es un sabor agridulce y ya veremos qué pasa si nos salvamos. Toda esa tensión que tenemos se va a diluir y en cuanto todo eso pase volverá el buen rollo, porque al final estamos todos muy tensos y es una situación que muchos de ellos no esperaban tenerla. Yo esperaba que iba a ser así hasta el final, que sufriéramos, más que nada porque otras veces ha sido así. Tampoco sabíamos cómo iba a ser el grupo, a lo mejor en otra situación habríamos quedado más arriba, pero yo la Tercera que siempre he conocido siempre ha sido sufriendo y echando cuentas.
Parece que sus ultimas temporadas no estaba disfrutando del fútbol.
Las últimas temporadas que estoy aquí he tenido de todo. Altibajos. Cuando era más joven eran las lesiones, el año pasado con Paco Maroto tuve una racha que no entraba, pero luego al final acabe muy bien. Este año igual, pero tiene que ser así, porque el fútbol es así.
¿Qué es para usted el C.D. La Granja?
Cuando yo llegué era una salida, venía de la Gimnástica Segoviana y llegaba un poco rebotado de una temporada en la que la Gimnástica tenia mucha gente de fuera y dejaron de contar con la gente de Segovia. Yo salí un poco, bueno no llegué ni a entrar, iba a formar parte de la plantilla pero ficharon a Cabaña, que venía de fuera, me quisieron dejar en el filial y me agarré al C.D. La Granja como salida. Lo que era una salida se convirtió en una familia. Año tras año, en las primeras cinco, seis o siete temporadas hicimos un grupo de amigos espectacular, luego se fueron marchando gente y al final nos quedamos los últimos años, sobre todo Pluma y yo. También estos últimos años he tenido la suerte de jugar con mi primo, que es una cosa que siempre había querido, pero que era difícil por la diferencia de edad. Siempre me he sentido como en casa. Sí que es verdad que en las ultimas temporadas, me he ido sintiendo más desubicado, a pesar de que tengo buena relación con la gente joven, incluso a veces pienso que de la cabeza ando algo mal, porque no se me nota la edad en ciertas cosas. Los últimos años han sido algo más complicados, pero para mí, de principio a fin, La Granja ha sido una familia.
¿Con que momento se queda de todos los vividos durante todos estos años?
Me quedo con el primer ascenso y con este último. El primero porque fue una sorpresa, nuestro objetivo era mantenernos y nos plantamos ahí, empezamos a creer y fue una sorpresa enorme. Luego estuvimos cuatro años en Tercera, que eso es muy bonito, campos que están muy bien. Recuerdo que en esa época estaba el Mirandés y jugabas partidos muy bonitos. Pero sí que es verdad que la sensación del ascenso es algo bonito. El segundo ascenso lo disfruté menos porque era una obligación, lo pasamos algo mal, ascendimos a falta de tres jornadas pero nos costó bastante, aunque luego fue subir y bajar. Y el tercero, este último, ha supuesto algo más a nivel emocional, ya que el primer año era una obligación, el segundo era una obligación… Y no lo conseguíamos, era una obligación, pero de repente estábamos muy fuera y luego muy dentro, sí es verdad que para mi el primer ascenso y el último han sido dos ascensos muy bonitos de recordar.
¿Cómo le gustaría que le recordará el aficionado?
Como un jugador de equipo, de club, que siempre ha estado ahí. La gente nunca lo va a saber, pero he sacrificado muchas cosas a nivel de salud, de familia… Y económicamente ya ni te digo. Pero no pretendo que se me recuerde de ninguna manera especial. Solo como un jugador de club, de la casa, que ha dado todo lo que ha podido y más. Con eso me quedo.
Muchos entrenadores, compañeros… ¿Qué personas se quedarán marcadas en su vida de este paso por el fútbol?
Pluma evidentemente, por el valor que tiene para mí como capitán, porque siente su club y su pueblo de una manera diferente, que yo, aunque estoy cerca, no llego a tener esa vinculación a pesar de llevar aquí quince años. Luego me he llevado amigos como Yiyo, Adri, con Chiqui que ya le conocía de antes, pero son gente que he recuperado por el camino por el C.D. La Granja. Son gente que me han quedado ahí para toda la vida, también Otero… se me ocurren muchos nombres. Sí es verdad que en el día a día no te ves todo lo que quisieras, pero son amistades que espero sean para toda la vida.
Despedida soñada, en casa y con la posibilidad de sellar la permanencia en Tercera División.
Sería lo ideal, como decía antes, te la juegas, al dejarlo con una permanencia o un descenso. Lo soñado sería dejar al equipo en Tercera.
¿Cómo espera vivir ese día?
Yo espero salvarnos, no espero nada más. Que acabe el partido y quedarnos en Tercera.
¿Se ve en un futuro como presidente o entrenador vinculado al fútbol?
De momento no me veo como nada. Tengo que ver cómo cuadra todo en mi vida, todos eso huecos que supuestamente el fútbol me va a dejar, tengo que ver cómo los ocupo, y ver qué me queda para mí. El gusanillo de entrenar me viene, pero lo veo muy lejos porque no tengo ningún titulo, no tengo nada. Me gustaría ser entrenador algún día, puede ser. Pero vamos más de eso no, ni presidente, ni nada de eso.
¿Que siente al ver que su nombre quedará grabado en la historia del C.D. La Granja al ser el jugador que más temporadas ha jugado en el equipo?
Orgullo, dentro de un club con tantisimos años. Yo todos los años que llevo aquí es porque me he encontrado muy bien y muy a gusto, que te encontrabas bien. He tenido dos o tres ocasiones de salir, bueno una vez una breve cesión al Unami, que no tuve más remedio. Y las demás veces he dicho que no. Creo que fue en la segunda temporada de llegar a La Granja, que tuve la oportunidad de volver a la Segoviana y no me quise ir. La gente me decía que por qué no me iba y yo estaba muy a gusto aquí. Yo soy así, valoro más estar más a gusto que otras cosas. Me habré perdido cosas, pero también he ganado otras.
¿Qué es lo que más va echar de menos?
Pues seguramente el vestuario. Seguramente es una de las cosas que si me permite el club no deje del todo, subir a entrenar, andar por ahí. Yo lo que voy a dejar es de competir. Eso sí, me gustaría de vez en cuando venir a entrenar, estar en contacto con el vestuario. Lo voy a echar mucho de menos, cuando tienes una lesión, incluso los viajes, las bromas… eso lo voy a echar de menos. ¿Competir? Tengo muchísimos ex compañeros que me dicen que, aunque juegues otras ligas, ya no es lo mismo. Nos gusta el fútbol pero nos gusta competir, muchas veces juegas partidos que no te juegas nada, y tú les ganas y te vas contento a casa porque ganas y has competido, aunque no hayas tocado tres balones. Lo que más voy a echar de menos es el vestuario y competir.
¿Ve por el camino algún sucesor?
No tengo ni tiempo de ver otros partidos pero siempre hay gente que viene por detrás. Al final consiste en que el que quiera estar tanto tiempo se encuentre a gusto, que tenga las facilidades en su vida para aguantar esos años. Que el club siga estando ahí y dando la oportunidad a la gente. a