En Segovia estamos asistiendo al mayor descrédito del actual alcalde y a uno de los mayores esperpentos vividos en la política municipal. El pasado viernes la portavoz de VOX en el Ayuntamiento hacía público un acuerdo de gobierno en el que se definían 25 puntos programáticos y su incorporación en el equipo de Gobierno como concejala de Comercio. No es algo extraño que el PP llegue a acuerdos con la extrema derecha, ya que ambos partidos cogobiernan en más de 180 instituciones.
Lo extraño e incomprensible es que salga solo una de las partes a anunciar algo tan relevante como un acuerdo para gobernar nuestra ciudad. Al parecer el jueves, según la concejala de VOX, mientras se preparaba la rueda de prensa, el PP recibió una llamada para frenar este anuncio, el cual se había ido retrasando por los diferentes procesos electorales. Aun así, Vox quiso seguir adelante con el anuncio y acabó haciéndolo en solitario.
Si, según su criterio, este pacto es algo bueno para la ciudad ¿Qué teme el PP? Por un lado, no quiere que se le vincule con VOX de cara a la galería, pero luego está encantado de tener sus votos para alcanzar alcaldías. La realidad es que en Segovia este partido no ha tenido problema de gobernabilidad, ya que ha podido sacar adelante todas las votaciones debido a su amplia mayoría, con apoyos puntuales.
Por lo tanto, este acuerdo de gobierno responde más a una buena sintonía ideológica entre ambos partidos que a una necesidad de dar estabilidad al Gobierno municipal. La única iniciativa que tuvo que retirar Mazarías del Pleno fue la escandalosa subida de sueldos que propusieron en septiembre. Habrá que ver en qué queda ahora dicha subida con este acuerdo.
Ante este anuncio tan relevante, los diferentes medios de comunicación pidieron a los grupos de la oposición una valoración. Desde IU criticamos que el PP decida incorporar a un partido que promueve la xenofobia y que es negacionista de la violencia de género y el cambio climático al Gobierno de la ciudad, desde donde condicionarán las políticas municipales y serán mucho más influyentes.
Sin duda, es una mala noticia para la ciudad, pero en todo caso, sin entrar a analizar este acuerdo en el que se se tratan temas tan «importantes» para la sociedad segoviana como los festejos taurinos, el traslado de la estatua del diablillo (dicho por la propia portavoz) o que la Avenida del Acueducto vuelva a llamarse Fernández Ladreda, me gustaría poner el foco en el descrédito que desde el viernes pesa sobre el alcalde.
El mismo viernes por la tarde el PP envió una nota de prensa en la que quitaba validez al documento presentado por la mañana, indicando que seguirán gobernando como hasta ahora y cargando contra toda la oposición por sus declaraciones sobre el acuerdo. Si desde la oposición no podemos opinar ni siquiera sobre algo tan relevante como esto, ¿para qué estamos? No es de recibo que se intente coaccionar nuestra labor política de control y fiscalización.
El descrédito se produce por el hecho de que ese documento anunciado por la portavoz de Vox está firmado por el actual alcalde en todas sus hojas desde el 18 de abril. ¿Quién se va a fiar ahora de la palabra del alcalde después de esto? ¿Quién se va a fiar de su firma cuando está renegando de la misma?
Como último capítulo del despropósito, ayer lunes el alcalde cambió su discurso y dio una nueva versión de los hechos. Ahora resulta que, a diferencia de lo que afirmó tres días antes, Vox incumplió el acuerdo al haberlo presentado en solitario, y que el PP no quiso presentar el documento porque quedaban flecos por pulir. Mazarías se desdice de sus propias palabras y da otro golpe a su propia credibilidad.
¿Para qué firma un documento hace casi un mes si había cuestiones que retocar? ¿Por qué el PP no dijo esto en su comunicado del viernes? ¿Por qué tardaron horas en dar explicaciones al respecto? La respuesta es que han intentado construir un relato para tratar de salir airosos, pero en realidad ha echado por tierra la credibilidad del alcalde.
Por último, resulta llamativo que nadie del PP, tanto a nivel provincial como autonómico, le haya mostrado su apoyo o se haya pronunciado con relación a esta cuestión, lo cual da a entender que lo sucedido responde más bien a una cuestión interna de partido.
Todo esto es penoso. Segovia está quedando en muy mal lugar y está siendo noticia en todo el Estado debido a este culebrón. No seré yo el que defienda un acuerdo con VOX, pero el descrédito del alcalde es tal que no solo se hace daño a sí mismo, sino también a nuestra ciudad.
Ángel Galindo
Portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Segovia