El PSOE ha manifestado su disposición a alcanzar acuerdos con el resto de fuerzas políticas en materia de mejora de servicios públicos e infraestructuras; como, por ejemplo, en lo relativo a la futura implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), aprovechando que en la próxima sesión plenaria está prevista la aprobación definitiva de la ordenanza que regulará su implantación a partir de enero de 2025.
También en este pleno, previsto para el 31 de mayo, el PP pretende presentar una modificación presupuestaria para la incorporación de remanentes, por importe de 2.700.000 euros (más otros 230.000 euros vinculados al IMD); una propuesta económica a la que el PSOE también podría dar su apoyo, aunque siempre y cuando el PP acepte retirar algunas partidas, como las que pretenden incrementar de forma totalmente desorbitada e innecesaria los gastos en atención protocolaria y de representación y las vinculadas a publicidad y propaganda institucional.
Tras el ‘pactus interruptus’ de PP y VOX, Mazarías está a tiempo de rectificar y cumplir lo que prometió, el ser el alcalde del diálogo con los grupos, un título que, sin embargo, nunca ha ejercido, salvo con la extrema derecha, que ha sido su muleta durante meses, gracias a ese pacto, firmado de su puño y letra, del que ahora reniega por intereses partidistas.
En las últimas semanas, el PSOE ha detectado otro talante en el PP, quizá para distanciarse de VOX a las puertas de las elecciones europeas. Si los apoyos de la extrema derecha están basados en la promesa del PP de poner a sueldo a su portavoz y aceptar medidas de marcado carácter ideológico (como el traslado de la estatua del diablillo, los actos de Isabel la Católica o el cambio de nombre de la avenida del Acueducto), la negociación con el PSOE siempre estará basada en proyectos de interés general para la ciudad que supongan la mejora de la calidad de vida de los segovianos.
Llama la atención que el PP se aleje ahora de quien ha sido su socio en la sombra hasta hace apenas unas semanas. Si Mazarías ya aceptó cesiones con VOX para lograr la aprobación inicial de la ordenanza de la ZBE, no entenderíamos que ahora no se preste a negociar con el PSOE, aunque con la diferencia de que los socialistas solo buscarán el beneficio de los ciudadanos y no los intereses partidistas, como ha quedado demostrado en el pacto PP-VOX que, en estos momentos, permanece aletargado por la situación electoral.
En el caso de la ZBE y su ordenanza, recordemos que el PSOE se abstuvo en la aprobación inicial de la normativa, pese a ser el artífice en el anterior mandato de la consecución de los fondos europeos para su implantación y estar de acuerdo en el objetivo del documento. La abstención obedece a que el PP tiene que demostrar aún que cree en la ZBE y la movilidad sostenible y, en este sentido, para que los socialistas otorguen ahora su voto favorable a la aprobación definitiva de la ordenanza los populares tienen que implementar medidas efectivas para el fomento del transporte público.
En este sentido, el Gobierno de Mazarías debería dar marcha atrás en decisiones como la subida del precio del autobús (lo incrementó hasta un 15,2%) o la puesta en marcha del servicio de lanzaderas, pese al fracaso del ensayo del mes de septiembre y la opinión contraria de los vecinos del casco antiguo.
Si el PP quiere negociar con el PSOE la implantación de la ZBE tiene que tomar medidas firmes para fomentar el uso del transporte público, en tanto que todo lo demás será un brindis al sol, una simple operación de maquillaje para no perder una subvención que no contará con el apoyo de este grupo municipal.
La defensa del interés general y de los servicios públicos de calidad, además de la mejora de las infraestructuras de la ciudad, marcan las prioridades del PSOE en el segundo ámbito de negociación en relación a la propuesta del Gobierno del PP de modificación presupuestaria vinculada a la incorporación de remanentes. Se trata de una cifra muy importante, de 2,7 millones de euros, a la que se añadirían otros 230.000 euros al presupuesto de lnstituto Municipal de Deportes (IMD).
Los socialistas no pondrían inconvenientes a la ejecución de proyectos incluidos en la propuesta y que son necesarios para la ciudad, aunque el Gobierno de Mazarías ha incluido en este paquete de gastos y actuaciones algunas partidas que son totalmente innecesarias y desorbitadas y, por tanto, inaceptables. Aquí estarían las ‘líneas rojas’ para alcanzar algún acuerdo, de manera que, salvo que el PP las retire, suponen un escollo muy importante para la negociación.
El PP pretende incrementar en 50.000 euros (la propuesta inicial era 100.000 euros) la partida sobre atenciones protocolarias y representativas. En el presupuesto municipal de 2024 el Gobierno del PP ya asignó 70.000 euros a este capítulo concreto, doblando la partida del anterior gobierno socialista, de 36.000 euros, en el presupuesto de 2022 (que fue prorrogado en 2023). Con esta pretendida modificación al alza, los populares aspiran a contar atenciones protocolarias y representativas (donde se incluyen los viajes de alcaldía) un montante de 120.000 euros. Es decir, se pasa de 36.000 a 120.000 euros, lo que supone un incremento absolutamente desorbitado, teniendo en cuenta además que en 2022 no se llegó a agotar la partida (se gastó el 96%).
Por otra parte, resulta igualmente injustificado el incremento de la partida para publicidad e información institucional, con una inyección de otros 50.000 euros, de tal manera que ahora este capítulo va a tener un presupuesto anual de 190.000 euros, es decir, 55.000 euros más que en 2022.
Entre los gastos que se afrontarán con la incorporación de remanentes está el pago de 130.000 euros por acoger dos partidos de la selección española de baloncesto femenino antes de los Juegos Olímpicos, frente a Australia y Canadá, los días 22 y 24 de julio. Resulta llamativo este importante gasto mientras existen importantes retrasos y disminución de aportaciones al deporte base de nuestra ciudad, clubes y entidades de diferentes disciplinas, que, recordemos, han jugado un factor importante en la decisión de otorgar a Segovia el certificado de Ciudad europea del Deporte para 2025.
Desde el PSOE no entendemos cómo el Gobierno del PP del alcalde Mazarías se puede plantear gastos tan importantes como innecesarios, al menos en la cuantía que plantean, en atenciones protocolarias, publicidad y propaganda o para que Segovia acoja dos partidos de baloncesto, mientras, por ejemplo, San Lorenzo se va a quedar sin el centro de interpretación del Valle del Eresma para ahorrar el pago del alquiler de un local en una cantidad perfectamente asumible por las arcas municipales.