Artículo publicado en El Adelantado de Segovia el día 20 de marzo de 2021.
La Semana Santa de Segovia pierde a su mejor y mayor feligrés, a esa persona que se fijó el objetivo de poner a nuestra Semana Santa en el Siglo XXI y fue capaz de conseguirlo.
A pocos días del comienzo de esta nueva Semana Santa pandémica, sin tambores, cornetas ni pasos por las calles, fallecía repentinamente e inesperadamente José Luis Huertas. Se trata de una marcha que nos golpea, que nos apena y que nos pone los pies en el suelo ante lo frágil que es la vida.
Apasionado de la Semana Santa, se volcaba y entregaba desde los Altos de la Piedad a su cofradía del Cristo con la Cruz a Cuestas y María Santísima de las Angustias, para ofrecerle con devoción todo lo mejor que tenía. No le importaba arremangarse e igual se subía a las carrozas para proteger a los pasos de la lluvia que ayudaba a los más pequeños a colocarse el capirote instantes antes de comenzar la procesión. Todo por y para su cofradía, que llevaba con orgullo y devoción ahí donde iba, con su inseparable insignia de la misma prendida en su chaqueta. Eran frenéticos esos días previos a la Semana Santa en ese Colegio de los Maristas, y ahí siempre, siempre se encontraba en primera línea su mejor feligrés, José Luis. Subiendo, bajando, corriendo, ayudando, preparando para que su Cristo y su Virgen lucieran las mejores galas. Con ese espíritu de hermandad que han sido capaces de crear en tan querida cofradía y a eso contribuyó con creces Huertas, su mayor ejemplo, su mejor hermano.
No pensó en pequeño, y puso su pasión, entrega y conocimiento al servicio de la Junta de Cofradías de Segovia. Bajo su presidencia (1997-2007), consiguió actualizar y renovar la Semana Santa, y se empeñó, y acabó por lograr la tan ansiada declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional, para nuestra segoviana Semana Santa. Trabajó sin descanso para ponerla en el lugar que correspondía y afirmo, sin temor a equivocarme, que bajo su mandato se vivieron los mejores años de esta cita tan marcada por tantos en el calendario. Su dedicación e intenso trabajo han dado como resultado la Semana Santa que tenemos en nuestra ciudad, a él se lo debemos.
Se trata de una deuda eterna por todo lo logrado y conseguido en aquellos años, la que tiene la Junta de Cofradías, la Semana Santa y todos los que vivimos con emoción, pasión, interés y cariño estos días tan especiales.
Sería difícil resumir en estas líneas su abrumadora actividad e innumerables inquietudes en actividades culturales, medioambientales, asociativas, deportivas, teatrales, publicaciones, conferencias…Amante del deporte, su amor por Segovia culminaba en 2015 con su paso a la política para ser concejal del Ayuntamiento de Segovia, para dedicar su tiempo y trabajo a una ciudad a la que amaba y de la que se sentía orgulloso. Segovia se viste de luto con su prematura marcha, con una enorme deuda de gratitud hacia una figura irrepetible, y de las que hacen ciudad.
Su sonrisa, exquisita educación, generosidad, su sentido del humor y la herencia y el legado que dejó a nuestra querida Semana Santa, serán eternas. Su Cristo le llora.
Javier Segovia Muñoz