La sala de exposiciones de la Alhóndiga acoge la exposición de la 27 edición del Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña, convocado anualmente por Médicos del Mundo para dar a conocer la sensibilidad y el compromiso de fotoperiodistas quienes, a través de su mirada, nos acercan realidades y conflictos que no siempre aparecen en los medios de comunicación, pero merecen ser contados.
La muestra incluye los trabajos del ganador y los tres finalistas, cuatro series de 10 fotografías cada una, que nos trasladan a los conflictos armados de Myanmar y Etiopía, a las muertes no contabilizadas en la ruta del mar Mediterráneo y a las consecuencias del éxodo rural para las personas mayores.
“Dentro de la revolución armada de Myanmar”, es el título del trabajo del ganador de esta edición, el fotógrafo italiano Siegfried Modola, quien nos lleva al conflicto de Myanmar, todavía en activo, pero del que poco o nada se sabe, ya que, en el año 2021, este país prohibió la entrada de periodistas para cubrir esta guerra civil donde miles de personas han muerto y hay 1,4 millones de personas desplazadas. En medio de este horror, resisten los soldados karenni, protagonistas de las fotografías de Modola.
“Demotanasia” es el nombre del trabajo del fotógrafo español Adra Pallón, uno de los tres finalistas de este galardón. En su serie nos ofrece una mirada a la problemática de Galicia, una de las zonas más envejecidas y despobladas de Europa, cuyos habitantes necesitan cada vez más cuidados, una asistencia que no siempre llega por parte de las administraciones.
Las salas de la Alhóndiga también muestran la serie “Tigray: Etiopía se hunde en el caos”, de Eduardo Soteras. Este fotoperiodista argentino nos relata la guerra civil desatada en 2020 en la región de Tigray, un conflicto que dura ya cuatro años dejando tras de sí miles de muertos y de personas desplazadas.
La última serie finalista es “Mar de Luto”, de la periodista y fotógrafa española Anna Surinyach, y es el resultado de años documentando diferentes rutas migratorias hasta Europa a través del Mediterráneo. Su trabajo nos acerca al impacto emocional y la incertidumbre que provocan las desapariciones y muertes.
El concejal de Cultura del Ayuntamiento de Segovia, Juan Carlos Monroy, ha destacado la importancia de este premio de fotografía documental, uno de los más importantes del mundo tanto por el valor de lo que muestran las imágenes como por la calidad de los trabajos presentados. Además, ha puesto de manifiesto el valor de la fotografía como herramienta para denunciar las vulneraciones de los derechos humanos y las injusticias, algo en lo que también han incidido tanto María Díez, la coordinadora de Médicos del Mundo en Castilla y León, como la responsable de la organización de este Premio Internacional, Nora Mora.
La exposición se puede visitar hasta el 25 de abril en las salas de la Alhóndiga e incluye visitas guiadas y otras actividades destinadas al público más joven.
En esta edición del premio han participado 746 fotógrafos de diferentes países y se presentaron más de 6.600 proyectos.
El Premio de fotografía humanitaria “Luis Valtueña” se convocó por primera vez en el año 1997 y tras más de medio siglo de historia se ha convertido en uno de los más prestigiosos del mundo con su propio sello de identidad para impulsar la fotografía como instrumento para denunciar las injusticias del mundo y que no queden condenadas al olvido. Es también un homenaje a los cooperantes asesinados en los diferentes conflictos armados, desastres naturales o en cualquier otra labor de ayuda humanitaria, puesto que se puso en marcha en memoria de cuatro cooperantes de Médicos del Mundo que fueron asesinados: Luis Valtueña, cooperante y fotógrafo, Mercedes Navarro, Manuel Madrazo y Flors Sirera.