Tiempo de vida

El vértigo de la hoja en blanco. No saber cómo empezar. Quiero escribir sobre un libro que leí hace unos años y del que tengo un buen recuerdo. De su autor sólo he leído un par de libros “Mudar de piel” que es una colección de cuentos sobre relaciones familiares y este del que les hablo hoy. Marcos Giralt Torrente es nieto del gran Torrente Ballester. Pero esto es lo de menos. Su mayor éxito anterior era la novela “París” con la que ganó el premio Herralde y le convirtió en un escritor reconocido.

“Tiempo de vida” es un libro que reconstruye la relación del autor con su padre. Es un libro que conmueve, que emociona y que te golpea de vez en cuando. Este libro recibió el Premio Nacional de Narrativa del 2011 y además el premio Strega Europeo que conceden en Italia y que cuenta con una nómina de ganadores impresionante: Primo Levi, Umberto Eco, Lampedusa, Alberto Moravia, etc. Por tanto, estamos ante algo importante, posiblemente su mejor libro.

A lo largo de las páginas va detallando la difícil relación con su padre, con etapas de distanciamiento alternadas con otras de mayor contacto, idas y vueltas de los afectos y de los contactos físicos. El padre, artista famoso se fue de casa cuando el autor era muy joven y nos cuenta la experiencia de su falta en las etapas de juventud cuando su presencia hubiera sido muy necesaria. De todos modos, todo da un giro cuando al padre le diagnostican un cáncer que termina siendo incurable. Un giro que hace que el padre se convierta en hijo y el hijo en el padre que lo cura, lo limpia, lo atiende hasta el final. Un relato desgarrador por momentos. Fueron dos años de lucha contra la enfermedad que el autor nos relata con fidelidad asombrosa: las inyecciones, las gasas, las quimioterapias, las altas, los internamientos. Y también los momentos de ir a pasear juntos, hablar, comer, ver exposiciones.

En sólo 200 páginas además tiene sitio el autor para repasar deudas pendientes con su padre, recriminar errores, entenderlos, recordar cómo el padre se fue de casa a vivir con “la amiga que conoció en Brasil” como la llama durante todo el libro de forma despectiva, terminando por ser el personaje que sale peor parado. Porque durante buena parte del libro el gran culpable de todo es el padre, la madre es siempre buena y, según va avanzando el relato, la culpabilidad se reparte entre el padre y “la amiga que conoció en Brasil”. Y este es otro mérito del libro, que cuenta una historia desde el subjetivismo del autor, como tiene que ser y el lector es el que puede sacar conclusiones.

Se puede hablar de novela, aunque tenga muchos aspectos autobiográficos, porque yo creo que toda narración, aunque intente contar una vida, todo, al final es un artificio, una ficción, incluso en este caso que casi es un inventario de reproches, de problemas, pero también de amor y sobre todo de sentimientos. En algunas páginas explica el porqué de escribir este libro, ¿desde la venganza?, ¿sería lícito?  La respuesta es un texto de confesión, de admitir y reconocer que el autor ha vivido en el rencor, en el odio, en el dolor, pero también de cómo al final de la vida el hijo es capaz de ser como un padre para su progenitor.

El libro tiene párrafos y frases conmovedoras, inolvidables: “Hay lugares que desconozco y lugares a los que no quiero llegar. No todo puedo contarlo. No todo quiero contarlo. Mi vista tiene que ser de pájaro…” O cómo nos cuenta la muerte de su padre: “Mi padre murió solo, en su cuarto, mientras en el salón mi madre y mi mujer trataban de convencerme de que fuera con él ya que podía morir esa misma noche. Yo me negaba pues había sido un día especialmente agitado… al cabo de media hora entramos mi mujer y yo en su cuarto, esta vez con un objetivo práctico como era el cambiarlo de postura, mi padre ya no estaba”. Muy duras las líneas en las que relata cómo los médicos le administran la primera dosis de drogas cuando ya no había otra solución y le adiestran al hijo para ponerle las siguientes dosis.

Más hacia el final dice “no sería justo, pues, atormentarme ahora con lo que podría haber sido. Ha sido”. He leído muchos libros de dolor, de duelo, algunos magistrales. Todo el mundo tiene padres y todos los padres se mueren y cuando lees un libro más sobre este tema, sobre el dolor ante la muerte, tengo la sensación de que todos los libros se parecen un poco y, lo más importante, creo que todas las historias están inacabadas. Otra nueva sigue llenando ese hueco, ese vacío que cada historia te deja, y todo para llegar un día a “cerrar el círculo” que decía Manuel Vilas.

Es un libro que conmueve, que te abraza y que te araña. Me parece un libro de literatura de la buena, con momentos de intensidad, de emoción desbordante. Al tiempo también elegante por cómo está escrito, hermoso, valiente, doloroso. Escrito con sinceridad, con un lenguaje entendible, con unos personajes y situaciones que todos comprendemos. Un libro escrito con maestría, creo yo.

En las últimas páginas hay otra joya de la literatura “Se necesitan muchos días sin oír en el teléfono la voz de una persona para acostumbrarnos a su ausencia, se necesitan muchos días reprimiendo el impulso de llamarla para acostumbrarnos que yo no contestará, se necesitan muchos días guardándonos comentarios que sólo a ella haríamos para acostumbrarnos a que en adelante será  así, se necesitan muchos días preguntándonos qué diría de algo sobre lo que, sabemos que tendría una opinión más certera que la nuestra para acostumbrarnos a que a partir de ahora deberá bastarnos nuestro criterio, se necesitan muchos días…”

Esto se llama maestría, se llama novela auténtica, esto es un libro que, para mí, es un referente en el género. Un libro extraordinario. Yo terminaría continuando el párrafo anterior con “se necesitan muchos días para leer este libro y saber algo más”. Más que recomendable me parece necesaria su lectura. Léanla en papel, en un libro de verdad, el digital es otra cosa. Disfrutarán y sentirán, merece mucho la pena.

Al menos a mí me lo parece.

Heliodoro Albarrán 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *