Llega septiembre, el mes del inicio del curso, de marcarse nuevos retos y metas. Para los que creemos que el año comienza en el fin del verano y no en el frío mes de enero. Es bueno mirar en el horizonte de los próximos meses y aceptar nuevos desafíos que nos permitan seguir desarrollándonos y avanzar. La parálisis nunca ha estado en mi agenda, bien lo saben los que me conocen, así que… ¿por qué no aceptar este nuevo desafío y escribir una vez al mes un pequeño texto de opinión en este espacio? Javier, gracias por la oportunidad.
Para quienes no me conozcan, nací en Segovia en hace ya 42 años, me crié en la Plaza Mayor. A dos pasos de casa tenía mi colegio, el Domingo de Soto y un poco más lejos, el instituto, el Mariano Quintanilla. Viendo cada mañana el asombroso Acueducto no fue difícil ser tentada a descubrir el fascinante mundo de la arqueología. Estudié Historia del Arte en la antigua Universidad SEK gracias a la beca que pude obtener por mi expediente académico, teniendo la oportunidad de pasar cada verano entre muros romanos, cerámicas, tierra, picos, carretillas, cepillos y paletines en diferentes yacimientos de Castilla y León. El mundo romano fue y sigue siendo mi pasión y desde el principio tuve claro que quería intentar vincularme profesionalmente a ello. Una vez terminada la carrera, con 24 años, me lancé a la aventura empresarial con dos compañeros y fundamos nuestra empresa de arqueología y gestión del patrimonio, actividad que continué como autónoma hasta el año 2019. En ese año me lancé a la aventura de la política local. Tentada por un nuevo desafío de la mano de Clara Luquero, acepté el reto de gestionar dos áreas fundamentales en el Ayuntamiento de Segovia, las concejalías de urbanismo y patrimonio histórico. Dada mi experiencia en ambas áreas era difícil no lanzarme a la piscina y poner mi granito de arena en algo tan importante como en estos dos ámbitos. Fue una tarea compleja, con errores y aciertos, pero siempre con la mejor de las intenciones. La pandemia paralizó gran parte de los proyectos, pero afortunadamente en 2021 la maquinaria volvió a funcionar a pleno rendimiento de nuevo, con nuevas oportunidades gracias a los fondos europeos. Pero llegó la gran noticia, Clara Luquero decidió abandonar la alcaldía por temas personales y cual fue mi sorpresa, que mis compañeros en el consistorio y el partido socialista decidieron que yo tomara el relevo, algo que no entraba dentro de mis planes. Después de muchas dudas y reflexiones con mi familia y amigos, acepté esta oportunidad única en la vida. Fue un año terriblemente duro y complicado, pero siempre tuve cerca a los míos, sin ellos habría sido imposible. También en lo personal, el fallecimiento de mi padre a causa del cáncer supuso un durísimo golpe del que aún estamos recuperándonos.
Pero el tiempo pasa y hay que seguir adelante. Un año después de ese huracán de emociones, la calma ha ido llegando poco a poco. Ahora desde la oposición, como portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, sigo trabajando por conseguir lo mejor para esta ciudad acompañada de un gran equipo. También he recuperado mi actividad profesional, lo que me hace poner pie en tierra todos los días, literal y metafóricamente hablando. Y todo ello lo compagino con la labor de madre, porque mis dos maravillosas hijas no dan tregua ¿Quién dijo que todo esto iba a ser fácil?
Como veis, siempre estoy en constante movimiento y ahora toca lanzarse a la aventura de la escritura, con este nuevo espacio de opinión en Cedrus. Lo haré desde el respeto que supone escribir en un medio de comunicación. Como hija de periodista, sé que la información que se vierte en los medios de comunicación no siempre es veraz y objetiva. Algo por lo que luchó mi padre hasta sus últimos días, como bien dijo en su discurso a la hora de recoger el premio “Cirilo” de Honor en su XXXVIII edición: “el periodismo consiste en una cosa muy importante, básica, ir a los sitios y contarlo. Defender esto es algo básico, pero no lo es. […] El buen periodismo es el antídoto contra la manipulación. Solo podemos pedir, pedimos, y además se cumple por los buenos profesionales, que se contrasten las fuentes, que se vaya a los sitios a informar, y que menos se puede pedir que haya unas empresas periodísticas que respalden con dignidad esta profesión”. Ni mucho menos pretendo suplantar a los profesionales del oficio, y mucho menos a mi padre, eso sería una absoluta imprudencia, pero si quiero que este espacio se convierta en un pequeño homenaje a él y a su forma de entender la comunicación.
En el mundo actual de la inmediatez y de las redes sociales, algo tan fácil, pero a la vez tan frágil como transmitir un mensaje, debe hacernos reflexionar. En este espacio dedicaré el tiempo y el esfuerzo que requiere hacer esta labor tal y como me enseñaron, como me caracteriza, sin dar rodeos, de forma concreta y sin medias tintas, a las claras.
¿Y de qué voy a escribir? Pues bien, son muchos los temas que ocupan mi cabeza, pero como comprenderán dejaré de lado los asuntos personales y me centraré en mis dos pasiones más conocidas: Segovia y el patrimonio histórico. Son dos temas que van intrínsecamente relacionados en esta tierra. En estas líneas desenterraré temas del pasado, en mi condición de arqueóloga, pero también sacaré a la palestra asuntos del día a día de esta maravillosa ciudad.
Nos vemos en las calles.
Clara Martín