El jueves por la noche arrancaba el Otoño Enológico. En pocos días (y, en algunos casos, horas) se agotaron las 1500 entradas puestas a la venta el pasado lunes. Y es que el Otoño Enológico se ha convertido en uno de los encuentros sociales más esperados por los segovianos.
El rincón de cata de Álvaro Gil y Paco Plaza, El Decantador, inauguraba la décimo quinta edición del “Otoño más deseado”. Un espacio íntimo que se ha consolidado en nuestra provincia como lugar de referencia a la hora de seleccionar un buen vino. La bodega protagonista: Marques de Cáceres, con una selección de Grandes Vinos de Rioja y Ribera del Duero. Comenzaba la cata Juan con Antea, un vino blanco edición limitada de la variedad viura con crianza en madera, muy aromático y gastronómico. Continuaba con un Ribera del Duero de libro, La Capilla, un tinto de 2021, también de edición limitada. Para finalizar, Gaudium 2020, una joya de Rioja, imposible de olvidar.
Para finalizar la velada, se presentó una ampolla de un vino que aún no está en el mercado. Se trata de un experimento elaborado con la uva Maturana. Tomen nota, porque promete.
Continuaba la primera jornada enológica en el restaurante El Pícaro, en pleno casco antiguo de la Capital, con una sugerente y novedosa propuesta: una cata a ciegas.
El sumiller Miguel Enzo, del club Diaita, fue el timonel de un viaje enológico y sensorial en el que los asistentes trataban de descubrir los vinos que estaban catando. Jorge Margarito, Chef del restaurante, diseñó tres propuestas que acompañaron a la perfección a los vinos: humus de judiones de La Granja, bacalao al pil pil de percebes y lingote de cochinillo a baja temperatura. Después del juego, los vinos dieron la cara. Un cava Brut Nature de Fica Torremilanos, en Aranda del Duero, Peñalba López; Liberso, curioso verdejo de Rueda y Gran Solorca, una tinta reserva de la Ribera del Duero.