El honor perdido de Katharina Blum

Antes que nada. Si los votos de los catalanes le hacen falta, les indulta y luego les amnistía, aunque hayan cometido el mayor delito posible contra la Constitución, el caso es seguir en el poder. Si la sentencia sobre los ERE en Andalucía, el mayor caso de corrupción social y económica de la historia de España condena a muchos de su partido, los indulta. Que los delitos y las inmoralidades acosan a su mujer y a su hermano y pueden salpicarle a él mismo, pues cambia la ley para dejarles a salvo y además lo hace con nocturnidad y alevosía, sin pedir informes a nadie, porque sabe que serían negativos. Me pregunto ¿se puede ser más jeta? ¿se puede ser más sinvergüenza? Pues sí, se llama “Sánchez el cobarde”. Pero ya le queda poco, no lo parece, pero la naturaleza es sabia. Vita pergit.

Heinrich Böll fue un escritor alemán del siglo pasado, no muy conocido a pesar de haber ganado el Premio Nobel en 1972. Tiene unos cuantos buenos libros entre los que me parece oportuno recomendarles este, escrito en 1974, un par de años después del Nobel. Me ha vuelto a interesar por la calidad de la novela en sí y por la rabiosa actualidad del tema visto 50 años después. La vida sigue igual en muchas cosas, aunque a veces no lo parezca.

El argumento es sencillo de resumir: Katharina es una mujer que se gana la vida de limpiadora de casas, un día asiste a una fiesta y acaba acostándose con un hombre al que ha conocido allí. Al día siguiente cuando ella se levanta, él ya no está. Katharina Blum descubre horas más tarde que era un presunto delincuente acusado de varios delitos. Desde entonces ella es acusada de ser cómplice y la prensa se embarca en una persecución hasta destrozar su reputación convirtiéndose su vida en un infierno, con un final trágico pero previsible.

El libro empieza con un aviso “Las personas que se citan y los hechos que se relatan (en la novela) son producto de la fantasía del autor. Si ciertos procedimientos periodísticos recuerdan los del Bild-Zeitung, el paralelismo no es intencionado ni casual, sino inevitable”. En la novela se habla de “El periódico” y por eso la aclaración inicial.

La novela relata los métodos crueles con lo que este tipo de prensa tergiversa hechos dando una tensión narrativa creciente a la novela según va avanzando. De lo primero que se puede hablar es de libertad de información, pero también de muchas preguntas con respuestas rápidas y que todos conocemos. ¿De qué estamos hablando? De sensacionalismo, de falta de rigor, de acoso, de difamación. ¿De quién estamos hablando? De periodistas concretos con nombre y apellidos y de medios muy conocidos y leídos. ¿De cuándo hablamos? De hace 50 años y de ahora mismo. ¿De qué lugar hablamos? La novela habla de Alemania, pero hoy se puede hablar de España, por ejemplo. ¿Y por qué se hace esto? Porque los medios necesitan vender, necesitan audiencia. ¿Y cómo se hace esto? Pues practicando el amarillismo o/y vendiéndose al poder. Es importante el final de la novela. El autor imagina un epílogo narrando cómo sería todo diez años después y termina con una “P.D. Entretanto, el diario Bild ya es prácticamente periódico oficial del gobierno. Los domingos o los lunes aparecen comunicados ministeriales sobre importantes cuestiones políticas. No es casualidad”

Hay muchas lecciones que se pueden extraer, pudiera parecer que esto es consecuencia de las redes sociales actuales, pero no, existe desde siempre. Hay también latente una reflexión sobre la prensa y la violencia. Hay una corriente que piensa que el periodismo, sus profesionales, son buenos por naturaleza y que sólo cumplen con su trabajo, pero yo creo que el periodismo, los medios, es un arma muy poderosa, el cuarto poder, y en manos no muy decentes, puede ser nociva, muy dañina. Hay que recordar que el Bild-Zeitung (creo que ahora es solo Bild) llegó a ser el periódico más vendido y leído de Alemania durante muchos años y entre los 4 ó 5 del mundo.

Estamos ante un reportaje de denuncia, una novela, ficción, ensayo. Creo que da igual, el mensaje es el mismo. En la novela se analiza con detalle los informes de la policía y los reportajes que se van publicando. Cómo van cambiando y dando giros a la verdad, con intención de hacerlo más atractivo, más impactante. Texto publicado: “El delincuente y asesino Ludwig Götten, perseguido desde hace año y medio, pudo haber sido detenido ayer si no hubiera sido por su amante, la empleada de hogar Katharina Blum, que borró sus huellas y le ayudó a escapar…” Siempre se ha dicho que “calumnia que algo queda”, se podría ampliar con “difunde sospechas que algo queda”. Publicar reportajes con titulares como “Los misterios del caso…”, “¿seguía las instrucciones de un grupo de izquierdas…?”, “¿Hay que ser humanos ante seres inhumanos?”, etc.

En un momento de la novela, la madre de KB, que ya también ha sido acosada por los periodistas, es intervenida quirúrgicamente de una dolencia grave. En el hospital tiene prohibida las visitas, pero el periodista en cuestión, presume en el siguiente reportaje de “he utilizado el truco más sencillo de todos, enfundarse un mono para hacerse pasar por un operario… “No hay nada más eficaz que entrevistar a una madre. Ya en la habitación le suelta los “crímenes” de su hija y la pobre mujer solo acierta a decir “por qué ha tenido que terminar así”, el periodista publica “era inevitable que algún día terminara así”. Todo es demoledor.

Recomendable su lectura, novela corta que se lee en un par de tardes. Me parece que está muy bien escrita, que no sobra nada, engancha, seduce. Puede ser necesaria para periodistas o para lectores de buenas novelas que se atrevan con historias que recuerdan las prácticas actuales. Aunque asuste pensarlo. En fin, léanla en un libro de papel, el digital es otra cosa. Al menos a mí, me lo parece.

Heliodoro Albarrán 

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