Antes que nada. Mi padre tuvo un bar, yo trabajé allí muchos años. El bar se llamaba Chamberí, “el chico de Chamberí” me llamaba mucha gente o simplemente el “chico del bar”. Parece que a la “chica del prostíbulo” se le está complicando, su marido el delincuente presidente prometió colaboración con la justicia. Ella no ha comparecido a la cita con el juez. Y el hermano de ese delincuente presidente ya está esperando fecha para comenzar el juicio. No hay ningún ministro que no esté reprobado, o en la cárcel, o imputado. Lo del fiscal general es caso aparte de indecencia. El gran valedor ahora es Óscar Puente, con el que la teoría de la evolución falló, no llegó al último eslabón. Y el delincuente presidente anudándose el pañuelo palestino. El olor a cerdo, a pocilga llega toda Europa. Qué más tiene que pasar para que los socialistas del Congreso de los DIPUTADOS reaccionen y celebremos un San Martín. Vita pergit.
La novela, el libro HURÍES, del argelino Kamel Daoud, fue el ganador del último premio Goncourt, el de 2024. Este premio es el más importante de los literarios que se conceden en Francia y goza de un gran prestigio en el mundo literario. Procuro cada año enterarme qué novela recibe el premio y de cuándo se publica en España. La novela está centrada en la “década negra” que vivió Argelia entre 1992 y 2002, como consecuencia de unas elecciones presuntamente ganadas por los islamistas que el régimen no reconoció y los consiguientes enfrentamientos, auténtica guerra civil, sangrienta, con más de 200.000 muertos según algunos datos.
El régimen argelino tiene prohibido contar aquellos sucesos y este libro ha sido prohibido, su autor amenazado y obligado a exiliarse en París y ha sufrido algún atentado como consecuencia de ello. Y, además, el autor ha sido denunciado por una joven argelina que dice ser ella la protagonista de los hechos que cuenta en el libro, ya que, al parecer, la joven acudió a la consulta de una psiquiatra que resultó ser la pareja del escritor, que aprovecharía esa información para escribir el libro. Todo añade expectación e interés al libro. No entro en debates jurídicos (en este caso, supongo que hay una denuncia por violación del secreto profesional), ni morales (¿es lícito publicar un caso en particular? ¿sirve de denuncia del resto?). En una entrevista que concedió cuando estuvo en Madrid presentando el libro, dijo: “Parece que cuando un musulmán mata a otro musulmán, no significa nada, no le importa a nadie, mientras que, si un occidental mata a un musulmán, le convierte en un mártir. Y esto es global. La gente ahora se indigna por los muertos de Gaza y tiene razón, pero es porque los matan desde fuera, mientras que de los 200.000 muertos de nuestra guerra civil nadie ha dicho nada”.

Al principio y recogido a su vez en la contraportada, hay un párrafo que define muy bien todo el libro, su fuerza. “Yo soy la auténtica huella, la prueba más sólida de todo lo que vivimos durante diez años en Argelia. Llevo en mí la historia de toda una guerra, inscrita en mi piel desde que era una niña… Mi pequeña Hurí, ¿qué harías tú con una madre como yo en un país que no nos quiere a las mujeres, o sólo de noche? Te contaré todo lo que pueda, pero en algún momento tendremos que parar. Soy un libro cuyo final es el tuyo”.
La protagonista es una joven argelina que fue atacada esos años junto con su familia, mataron a su hermana y a ella la degollaron, pero no murió y desde entonces lleva una gran cicatriz, de oreja a oreja, y no puede hablar porque le cortaron las cuerdas vocales. Le hicieron una traqueotomía para poder respirar. Y así va viviendo en un mundo donde las mujeres son perseguidas, maltratadas, vejadas, etc.
Ahora está embarazada. Y cuenta su historia a la hija que lleva dentro. Pero ha decidido abortar y está buscando dónde y cómo. Y mientras, habla, le cuenta a su hija su vida. Porque ¿tiene derecho a tener a esa niña? Ella se plantea si puede dar vida a un ser, alguien a quién casi le quitan la suya propia. Huida hace tiempo de su tierra, ahora decide volver a su aldea natal para “intentar que los familiares muertos puedan darle una respuesta”. Y emprende un viaje hacia el pasado, para resolver el futuro. Se cruzan dos dilemas morales, el horror de la guerra y la decisión de abortar en un país donde es ilegal y donde las mujeres no son queridas.
Ahora, los salvadores del mundo, occidentales, plantean soluciones para el futuro, para la ecología, la contaminación, para ese comodín del cambio climático, etc. pero en una gran parte del mundo, la gente, las personas piensan en otras cosas. Pero esas no interesan. Como dice Kamel Daoud en la citada entrevista, “los fascistas comparten algo extraordinario: siempre son vanguardistas”. Progresistas diría yo.
Novela valiente, épica, trágica. Pero con un final esperanzador que se agradece. Literariamente tiene aspectos interesantes. La muda protagonista, narra y habla con su hija futura con un “lenguaje interior” y ese uso de la segunda persona no es muy habitual, pero está muy bien desarrollado. Dentro de la crudeza, no falta la poesía, párrafos llenos de lirismo. Siempre elegante. Me parece muy recomendable. Importante lectura por lo que aporta de realidad, de humanidad.
Se la recomiendo. Léanla. Y disfruten de un buen libro. Al menos a mí me lo parece.

Heliodoro Albarrán
