¿Quién es un inmigrante?

Hace un par de meses asistí a la celebración que una empresa pionera y que con ambición desarrolló una gesta que conmemoraba la llegada del jamón ibérico a EEUU cumpliendo 20 años de su llegada a este país. Esta magnifica empresa situada en La Alberca (Salamanca) Embutidos Fermín, dirigida por Santiago Martin y su hermana representan el trabajo que se desarrolla en la agroalimentación a lo largo y ancho de Castilla y León. Traigo este acontecimiento aquí porque durante los actos que se celebraron pude charlar con dos trabajadores de la empresa que me relataron como habían llegado de Argentina, huyendo de la inestabilidad y la inseguridad de su país, buscando un futuro mejor para sus hijos. Me parecieron dos buenas personas, que además pude comprobar que gozaban de un alto reconocimiento por los responsables de la empresa, que necesitan trabajadores cualificados y que no los encuentran entre los españoles, porque muchos no quieren vivir en el medio rural.

Conozco de primera mano las dificultades que muchas empresas agroalimentarias que están radicadas en el medio rural y son muchas en nuestra Comunidad, ya que es el sector más importante desde el punto de vista económico en la creación de empleo y está directamente vinculado al sector primario, ya que son las materias primas que se producen aquí por agricultores y ganaderos, las que transforman y convierten en alimentos de primera calidad, muchos de ellos con el sello de calidad de Tierra de Sabor.

Empresas de otros sectores localizadas en el medio rural también tienen que recurrir a trabajadores inmigrantes para poder cubrir sus puestos de trabajo.

La semana pasada estuve en Burgos visitando a unos amigos y en una céntrica cafetería de la ciudad todo su personal era inmigrante, amabilísimos y solícitos para atendernos, y lo mismo en Madrid hace unos días a la hora de comer, dónde Danai, una simpática camarera de origen cubano nos atendió con “¿qué les puedo ofrecer mis amores?”

O el trabajador de origen ecuatoriano que me encuentro todos los días a las 7:30 y que está esperando para entrar en la obra del hotel Felipe IV, en Valladolid, y que nos damos los buenos días y un día me dijo: aquí estoy deseando de entrar a trabajar, con un cara sonriente y llena de alegría.

Los inmigrantes son esas personas que salen con las personas mayores que todavía permanecen viviendo solos en sus casas y necesitan ayuda para realizar algunas de las tareas de su vida diaria, ¿acaso no vemos todos como muchas personas mayores están asistidas por inmigrantes? Están en nuestras calles y los vemos todos los días, como empujan sus sillas de ruedas o les llevan de paseo apoyados en su brazo.

Cuando subes en el metro en Madrid, muchos son inmigrantes que van y vienen de sus trabajos, su actitud es la misma que la de cualquiera de nosotros en busca de una vida feliz, buscando la seguridad que les ofrece nuestro país, dispuestos a trabajar y a cumplir con las obligaciones que nuestras leyes nos imponen a todos.

Todo esto quiere decir que la inmigración no puede verse como un problema, sino todo lo contrario, gracias a ella se cubren muchos puestos de trabajo que los españoles no quieren desarrollar. Juzgar a todos los inmigrantes por lo que alguno pueda hacer es igual de injusto que seria hacerlo con los españoles por lo que alguno haga. La delincuencia no tiene bandera ni nacionalidad.

Creo que la inmigración tiene que ser legal, y esto le corresponde a los poderes públicos, es el Gobierno quien tiene que regular y garantizar que se cumple la ley para asegurar que la entrada de inmigrantes es legal, es también el Gobierno quien puede establecer acuerdos de formación de inmigrantes en origen para que puedan venir a cubrir la demanda de puestos de trabajo que necesitan ser cubiertos y empresas que los están demandando, eliminando así las mafias que operan y engañan en sus países a los que quieren buscar un futuro mejor. Pude comprobar esto en Senegal el año pasado con motivo de un viaje que realicé a este destino.

La Declaración Universal de Derechos Humanos reconoce expresamente el derecho a circular libremente y a elegir residencia en el territorio de cualquier Estado, cualquiera de nosotros podemos decidir donde queremos vivir, esta declaración que tuvo su primer exponente en la denominada “Controversia de Valladolid” (celebrado en el  siglo XVI) y que dio lugar a que fueran reconocidos los derechos de los indios de los territorios americanos descubiertos por Colón, reconociéndoles los mismos derechos que a los españoles. ¡¡Nosotros que fuimos los precursores de la salvaguarda de los derechos humanos en el mundo!!

Tenemos que huir de debates vacíos que intentan estigmatizar a los inmigrantes, la realidad es que una regulación equitativa y justa de la inmigración le corresponde hacerla a quienes gobiernan, es fundamental diseñar políticas que respondan a los derechos y obligaciones que todos debemos cumplir, también los inmigrantes y dejar de fomentar debates sectarios y populistas cuando estamos hablando de personas, de seres humanos que tienen los mismos derechos que tenemos los españoles de nacimiento y que un día también fuimos un pueblo de inmigrantes y quisimos que nos trataran como personas con derechos y obligaciones.

Silvia Clemente 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *