El Fénix por Silvia Clemente

No vengo a hablar como si supiera resolver todo, pero sí quiero hacer una reflexión sobre lo que hemos vivido en Castilla y León en estas semanas, y con incendios aún activos. La realidad nos ha mostrado la valentía de los bomberos, del personal de extinción de incendios y de la gente, que desde el primer momento han estado en primera línea, agotados y con pocos medios ante la emergencia desatada. Cuando supe lo que estaba pasando en Mombeltrán (Ảvila), no dudé en acudir para intentar conocer de cerca y ayudar en lo que estuviera a mi alcance. En ese inicio, quedó claro que la prevención la coordinación también debían fortalecerse; esa falta de recursos y apoyo hizo que el incendio se expandiera y causara mucho daño en Gredos.

Estos momentos nos recuerdan la importancia de la humanidad y la unión para levantarnos, sin fisuras ni divisiones. Aunque no quiero hacer política ni buscar protagonismo, como ex Consejera de Ambiente y alguien que ha dedicado su vida al cuidado de nuestra tierra, no puedo quedarme callada ante la realidad. La cercanía a la situación me permitió ver, con tristeza y compromiso, lo urgente que es fortalecer un sistema de prevención, recursos y atención para futuras emergencias. Estas semanas han sido duras, demasiado duras. El dolor, la pérdida de cuatro vidas (lo más grave de todo porque esto sí que no se recupera) los bienes que se han reducido a cenizas, nos unen en un sufrimiento que trasciende palabras y que nos hace más humanos. Es un golpe profundo, pero también una oportunidad para reflexionar y para reafirmar que debemos actuar con dignidad y solidaridad, sin divisiones ni politiquería, solo con el corazón abierto.

Creo firmemente que lo que hemos perdido puede volver a crecer, que la esperanza es más fuerte que la destrucción. La tierra, las raíces, y la historia de Castilla y León tienen una capacidad inmensa para resurgir, para florecer de nuevo desde esas cenizas. Insisto no vengo a hablar como si supiera todo, porque sé que los verdaderos conocedores de la realidad están en primera línea, aquellos que con escasas herramientas luchan por salvar vidas y bienes. Pero sí comparto este compromiso: necesitamos más ayuda, más presencia y recursos reales. Tenemos que confiar en que, si trabajamos unidos, si mantenemos la esperanza y el trabajo con un objetivo firme y claro saldremos adelante. Somos una comunidad fuerte, de raíces profundas, que tiene que levantarse. Solo importa que, en estos momentos, prevalezca la humanidad. No importa de qué color político seas o qué parte del pueblo representes: lo que importa es que, juntos, podemos seguir adelante, con esperanza, con sensatez, con el corazón puesto en un futuro mejor.

Silvia Clemente