Yolanda y Carolina García Viadero, las hermanas fundadoras de la bodega, le mostraron los viñedos, una oda a la sostenibilidad, viñedos trabajados con viticultura natural, en la filosofía de no pedir a la tierra más de lo que la tierra da de modo natural.
Roca Rey, paseó fascinado entre barricas por las galerías excavadas en las montañas cuyas cuevas albergan más de 3.700 barricas y guardan un secreto: el tiempo, ingrediente esencial de los vinos Valduero.
Yolanda G.V. le explica con pasión cómo su Valduero 12 años, se elabora con las manos y añade, creemos que el ingenio humano no puede ser sustituido por la tecnología. El vino es arte, comenta Yolanda emocionada, cuando recuerda el reciente galardón: segundo entre los siete mejores vinos del mundo.
El maestro y sus amigos cercanos, después de haber toreado el domingo por la tarde en Valladolid, disfrutaron de un almuerzo en el que armonizó los grandes vinos de la bodega con la gastronomía local, el tradicional cordero lechal con el vino de su barrica, Valduero Una Cepa 2019, en sus propias palabras: “un maravilloso y aromático reserva”.
Terminó el maridaje con una tabla de quesos artesanos locales que degustó en compañía de una copa de Valduero 12 años 2004, Segundo mejor vino del mundo.
Yolanda explica cómo selecciona los racimos en el viñedo, y le habla de su valiente y poco común apuesta: “hacer el vino con nuestras manos nos permite firmar cada botella de manera muy personal, entender esta profesión como el arte de convertir cada botella en una experiencia única y artesana”. Yolanda añade: “que ha conocido pocas personas como el torero Roca Rey, capaces de expresar tanto con tan pocas palabras”.
Andrés, entre vino y vino, explica cómo empezó a torear con menos de 10 años en una familia cuyo bisabuelo era ganadero, el abuelo empresario de la Plaza de Toros de Lima, y un tío suyo rejoneador. El arte del toreo corría por sus venas. Fascinado, cata Valduero 12 años consciente de que ha sido clasificado entre los 7 vinos más grandes del mundo y disfruta de las maravillosas sensaciones que éste le aporta, elogiando su excelencia.
Nos impresiona su exquisita educación y su extraordinaria valía y determinación, que nos hace pensar que su carrera será, como nuestros vinos, En la tapa de su barrica podemos leer: “Agradecido a ustedes por esta increíble experiencia. Me dijeron que en el amor y en el toreo, despacio se llega más lejos. Y hoy me dí cuenta con la historia de Valduero que en la vida y en l mundo del vino, también. Gracias siempre!!”
Carolina añade: “Roca Rey, es un honor contar contigo. Tienes tu casa en Valduero”.
Una despedida calurosa que queda en un reencuentro próximo: otra inolvidable tarde en Valduero.