Segovia se ha convertido en una gincana para los viandantes. Cuando no son baldosas que se levantan, aceras en mal estado, baches de todo tipo, conos de la Policía Local o elementos que indican algún desperfecto.
Son varias semanas en las que en la Plaza de Santa Eulalia, una valla de grandes dimensiones se ha convertido en un auténtico riesgo para todo el que pasa por ahí, así como una de las tablas de un banco, como si fueran las hogueras de San Juan, se ha convertido en imagen habitual.
Todo ello indica la falta de la fuente que hasta hace unos meses ahí se ubicaba. Segovia sigue esperando.