Odio vocacional
Suena el despertador a las seis y media de la mañana, Arturo se revuelve entre las sábanas y alarga el brazo para sofocar el soniquete del reloj, mientras se incorpora. Enciende la luz y sentado en la cama busca las zapatillas, hora de ir al baño. Tras el aseo, en la cocina prepara café y,…