Pedro Rivero: “El objetivo del Estudiantes es ascender”

Impresiona el aplomo, tranquilidad, humildad y normalidad con la que afronta Pedro Rivero todo lo conseguido como entrenador, como la Copa y el ascenso a ACB la pasada temporada con el Zunder Palencia y con el reto que tiene entre manos de conseguir el ascenso con un histórico como Estudiantes, que ha empezado muy bien su andadura liguera.

Rivero se ha convertido en una apuesta segura en los banquillos y su nombre y reputación como entrenador van creciendo temporada tras temporada, así como los equipos por los que va pasando.

De pasado, presente y futuro hablamos con Pedro Rivero en CEDRUS.

 

 Sorprendió mucho su decisión de no ejercer la cláusula automática de renovación con el Zunder Palencia, tras el ascenso logrado y su incorporación al banquillo del Movistar Estudiantes. 

A veces las decisiones son un poco así. Yo tengo una visión más a medio plazo y la de Palencia me parecía una buena opción, pero la opción de Estudiantes me atraía muchísimo. Tiene muchos condicionantes, se puede explicar de muchas maneras, pero en definitiva es un cúmulo de muchas cosas.

¿Cómo vivió esa llamada para ponerse al frente del Movistar Estudiantes?

Con orgullo, mucho, mucho orgullo. Cuando hablaba con el presidente del Movistar Estudiantes, Ignacio Triana, tardamos muy poco en ponernos de acuerdo. No solamente por un tema económico, sino que fue rápido porque yo quería y ellos querían. Cuando las dos partes quieren es relativamente sencillo. Y es lo que yo le decía, que él entendía que para mí era un esfuerzo porque sí, evidentemente es un esfuerzo, ya que renuncias a entrenar en la élite por llamarlo así, pero yo no lo veía como que seguía en LEB Oro. Si seguimos en LEB Oro pero entreno al Estudiantes, para mí es distinto, es diferente, es la misma categoría sí, pero el Estudiantes no es un club normal.

 ¿Qué objetivos se han marcado?

 El objetivo del Estudiantes es ascender, llevan dos años con ello. El año pasado sufrieron un montón, no llegaron ni a jugar la Final Four y el objetivo es tener el mejor equipo posible, para ese ascenso.

 ¿Qué le llevó a decidir convertirse en entrenador?

Fueron otros más que yo. La verdad es que yo acabo de jugar y nada más terminar quiero entrenar, pero quiero entrenar en una cantera grande y empezar un poco desde abajo, desde algún cadete y poco a poco ir formándome. Pero nada más terminar, en Alicante los dueños y el director deportivo que había antes me lo ofrecen. No lo acepto en el primer momento porque quiero hablarlo con mi mujer y ver un poco la realidad de meterte otra vez en el lío del baloncesto de cierto nivel y lo que conlleva. Lo aceptamos y salió todo muy bien. Ese año ganamos la Copa y ascendimos, y al año siguiente con la pandemia ya íbamos terceros. Al siguiente año hicimos final de Copa y semifinales con un grupo de chavales que eran los que arrastrábamos desde LEB Plata. Ha ido todo muy seguido, no me ha dado tiempo desde que acepté a pensar mucho donde nos metíamos.

Año redondo el que ha vivido tras conseguir la Copa Princesa de Asturias y el ascenso a la Liga Endesa con el Zunder Palencia.

Sí, sí. Bien, muy bien, porque ni en los mejores sueños, cuando me senté con el director deportivo y el presidente, se pensaba que fuéramos a ser campeones de Copa y lograr el ascenso.

 ¿Cuándo vio claro que era posible ese ascenso?

El día que nosotros ganamos la Copa, remontando el partido frente al Andorra, que ascendió con un mérito tremendo. Ese día nos dimos cuenta de que ascender primeros podía estar complicado, pero que si llegábamos bien al final podíamos tener opciones. Es verdad que cuando nos metemos en la Final Four, después de ganar 3-0 el Play Off, sabemos que no nos iban a dar la sede, que iba a caer en Burgos y sabes que para ascender tienes que ganar al Burgos en su casa, delante de todos los suyos. Pero la primera semifinal sale muy bien, y durante esa mañana del tiro, antes de la final, todos teníamos muy buenas sensaciones. Nos levantamos, no había nadie especialmente cansado, el partido anterior había sido cómodo. Esa mañana tuvimos unas sensaciones muy buenas. Luego ya empezamos bien y salió el mejor partido de la temporada, el día que tenía que salir.

¿Cuál fue la clave?

Yo diría que el grupo. El grupo ha sido tremendo desde el día uno. Llegó todo el mundo a tiempo, menos alguno por el tema de visado o tema de selección, pero los menos. Poder empezar con los 9 o 10 jugadores de primera plantilla, más filial, el día que quieres empezar y hacer seis semanas de trabajo es fundamental.

 ¿Cómo se definiría como entrenador?

Creo que soy parecido a como jugaba. Yo creo que si antes decía que si se juega como se es, se entrena como eres. Exactamente igual, y yo más o menos parecido. Yo jugaba siendo un base que me gustaba saber qué hacía, me gustaba saber qué hacían mis compañeros, a quien darle la bola en cada momento, el construir el grupo…Yo cuando he sido capitán, en unos cuantos sitios, incluso en ACB, yo tenía llaves de mi casa y otros cuatro tenían llaves de mi casa también. Yo siempre he sido de hacer grupo y hago lo mismo siendo entrenador. Es verdad que todo se ve distinto porque tienes la responsabilidad sobre todos, pero por el mismo camino.    

 Dentro de su papel como entrenador una de las cuestiones que más dificultad debe requerir es compaginar un grupo con tantos caracteres diferentes, ¿Qué es lo más difícil como entrenador desde su punto de vista?

Para mí lo más difícil ha sido ir separándome un poco del jugador, no del jugador como tal, porque sigo viendo las cosas como cuando jugaba. No veo las cosas desde encima, sigo pensando como tocando la pista y les ha pasado a otros entrenadores que han sido bases, porque les he preguntado. Pero el separarte completamente, el que un día soy compañero tuyo y a los tres meses te entreno, eso es lo que me ha ido costando un poquito más, el saber separar o incluso entender que hay gente que se va enfadar contigo. Amigos tuyos, porque no ven lo mismo que tú, pero son los mínimos casos.

 Se ha convertido en una tradición su campus de tecnificación en Segovia, ¿Qué intenta inculcar a todos los jóvenes que participan? 

 Es difícil. En Segovia se hace una buena labor. En el día a día no te puedo decir, porque no estoy dentro de ningún club, pero en verano se hace una buena labor, hay otros dos campus, pero sobre todo el que más conozco, que es el de la Avispa Calixta, creo que lo hacen fenomenal con Juan y Eli, que es tremendo. Yo llevo a mis hijos ahí, y creo que el verano respecto al baloncesto está muy bien cubierto. Nosotros llevamos haciéndolo años, no es en sí un campus, es solo tecnificación y es más difícil. Vienen equis personas, jugadores que quieren mejorar, no es solamente ir a entrenar un poco, piscina y tal… Entonces es distinto. Yo me quedaría con que todos los años casi todo el mundo se va con que hace cosas que durante el año no puede. El que hagan cosas que durante el año no pueden por tiempo, porque yo entiendo que el entrenador no puede estar solo en la técnica individual, tienes que hacer otras cosas. Entonces nosotros nos podemos centrar en otras cosas que durante el año no se pueden.

 ¿Qué significa para usted el baloncesto?

 Todo. He jugado al baloncesto desde que me acuerdo, sí es verdad que con 17 años se me da la oportunidad, que fue un poco como el momento de entrenar. Yo me fui a un último campus antes de empezar la universidad aquí, y allí me vio alguien y me dijo “tienes facultades para jugar un poco más”. Nunca pensé que yo podría ser jugador profesional, me ofreció quedarme en una pequeña pretemporada, lo expliqué en casa, yo creo que ellos tampoco tenían claro qué iba a ser eso, y no volví. Y al no volver, no volví nunca, y ahí empezó todo. Es verdad que al año de estar allí me dí cuenta que coincidía con gente, ya José Luis Ferreira, que había jugado en ACB muchos años, era su último año y el mío era el primero y me aconsejó bien. Me dijo que “el camino era largo pero que estaba en disposición de ser deportista profesional”. Seguí por ahí y fue un poco lo mismo que me llevó a ser entrenador, así todo.

 ¿Le gustaría que sus hijos siguieran sus pasos?

 No. A mí me gusta que hagan deporte. Es verdad que al mayor le empieza a gustar muchísimo el baloncesto, a todas las horas está con el baloncesto, me toca ir con él a entrenar, pero a entrenar, no quiere jugar, quiere que le enseñe. El pequeño va por los dos lados con el baloncesto y el fútbol. A mí que hagan deporte y que tengan amigos.

 ¿Cómo ve desde la distancia la situación del baloncesto segoviano?

No lo sigo mucho. Sí que es verdad que hace tiempo sí estaba más encima de las cosas, pero no lo sigo mucho. Creo que es un baloncesto sano, no sé si estoy mal informado, pero respecto a licencias es el que más tiene en Castilla y León, y si no es el que más tiene es de los que más, que para una ciudad tan pequeña y sin deporte de alto nivel, tanto en chicos como en chicas, tiene muchísimo mérito. Pero creo que hace muchos años que está completamente estancado, me refiero al baloncesto de cierto nivel. Yo creo que es una pena porque si ciudades como Palencia pueden tener algo como lo que se consigue, es verdad que después de 20 años de trabajo, ¿por qué Segovia no?, Segovia no tienes menos que puedan tener Palencia o ciudades parecidas.

 ¿Quizá falta un referente dónde fijarse?

 Yo creo que sí, tampoco tienes nada donde mirarte. Los que juegan, juegan porque les gusta y porque lo ven en la tele y tal, pero no tienen alguien en quien fijarse, no pueden decir, el sábado voy a ver a tal. O como Ávila que tuvo un equipo en plata, y los que despuntan pueden pasar desde allí a otro lado. Es verdad que, si algún jugador de Segovia destacara mucho, con la detección de talento que hay a través de Federación, sería rápido que acabara jugando en una cantera cercana, ya fuera la de Estudiantes, Fuenlabrada o la del Real Madrid por cercanía, pero si salieran buenos jugadores tampoco pasaría nada sino se les llevan otros.

 Como entrenador, ¿qué es lo que más valora en un jugador?

La actitud. Luego es verdad que la actitud no mete muchas canastas, se necesita el talento para eso. La actitud del día a día, la actitud del que ataca, que ese rato sea lo que más quieres hacer.

 ¿Qué sueño le gustaría cumplir como entrenador?

 Me encantaría seguir entrenando muchos años, y al mayor nivel que pueda. Que puede ser en ACB porque si se vuelve a dar la situación lo pueda coger, perfecto, que no, creo que es algo que tenemos hablado en casa que en cuanto mis hijos vayan siendo más mayores y ellos ya lo han escuchado, lo de salir fuera, de conocer otras cosas y en eso son un poco aventureros, pues igual nos plantearíamos salir al extranjero con mi profesión y aprovecharlo, veremos, pero por ahí va la idea.      

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