Estaban ambos desnudos
Ignorando las advertencias bienintencionadas de quienes me aprecian y no gustan de verme hacer el ridículo, hoy he decidido meterme en un jardín, pero en no uno cualquiera. Me he propuesto adentrarme en un vergel enorme, fértil, exuberante, en el huerto de todos los huertos, en el jardín del Edén. Ahí empezó todo. En el…